19 de octubre de 2010

LA DESAPARICIÓN DEL UNIVERSO - Gary R. Renard

CAPÍTULO   10

SANAR A LOS ENFERMOS

Me estaba interesando en la curación espiritual y durante los meses siguientes estudié lo que el Curso decía al respecto. Un Curso de Milagros no utiliza el término curación espiritual, pues dice que toda enfermedad y toda curación toma lugar en la mente. El término mismo es válido, porque se refiere a aquello con lo que la mente elige identificarse. No sentía de manera especial que la curación espiritual fuera uno de mis dones, y no tenía la intención específica de tratar de curar enfermedades. Sin embargo, el tema seguía fascinándome y sabía que me gustaría hablar de ello a mis maestros cuando volvieran. Así, en agosto, un día de brisa calurosa en Maine, Arten y Pursah volvieron a la sala de mi casa. Sonreí con alegría cuando los vi aparecer.

Arten: Vamos a hacer una breve excursión. Durante nuestra segunda visita hicimos un pequeño truco con el tiempo para ti. Hoy vamos a divertirnos con el espacio. ¿Estás listo?

Gary: ¿Listo para qué?

Nota: En ese mismo instante, me quedé asombrado al comprobar que estaba en un entorno completamente diferente al de mi sala. En lugar de estar sentado en mi silla, ahora estaba sentado en unas escaleras de cemento, frente a un edificio. Reconocí inmediatamente que estaba en Portland, en la costa, como a unos 50 km de mi casa. Había caminado varias veces por la ciudad con Karen a lo largo de los últimos años. Tenía a Arten y Pursah sentados a cada lado. Se levantaron y me hicieron un gesto para que los siguiera.

Arten: La primera vez lo deja a uno anonadado, ¿no es así?

Gary: Tienes que estar tomándome el pelo. ¿Estamos verdaderamente aquí? Quiero decir que....sin duda parece real.

Arten: Hay una cita del Curso que hemos parafraseado antes, < Eres un viajero únicamente en sueños, mientras permaneces a salvo en tu hogar>. Bien, esto es cierto de todos tus viajes. Todos ellos son una proyección de la mente, igual que todo lo  demás. Todo es un sueño, y ese cuerpo con el que habitualmente pareces viajar no es más real que esta pequeña ciudad histórica.

Nota: Estuvimos caminando un rato, lo que me ayudó a integrar la sorpresa de esta increíble y repentina experiencia de transporte mental. Entonces Pursah retomó la conversación.

Pursah: En realidad, no vinimos a hablar el espacio o del tiempo. Sabemos qué es lo que deseas tratar hoy. Existe una interesante conexión entre nuestra ubicación actual y el tema de la curación.

En 1863, en esta misma calle, una sufrida mujer que posteriormente se daría a conocer con el nombre de Mary Baker Hedí fue trasportada un tramo de escaleras e introducida en la habitación de su hotel. Mary tenía unan horrible enfermedad espinal y había estado enferma buena parte de su vida. Había venido a Portland porque sus amigos espirituales de habían hablado de un caballero llamado Phineas Quimby, un brillante aunque poco conocido pionero de la mente. La combinación de preguntas penetrantes e hipnosis que Quimby usaba no era muy diferente del método catártico usado posteriormente por Sigmund Freud y su compañero Josef Breuer, antes de que Freud siguiera adelante por su cuenta y desarrollara el método de libre asociación, que dio comienzo al psicoanálisis.

Quimby hizo que Mary diera un giro, abriéndole los ojos al hecho de que toda enfermedad proviene de la mente y no tiene nada que ver con el cuerpo. Por desgracia para Mary, Phineas estaba al final de esa predeterminada encarnación y pronto falleció. Entonces ella sufrió una recaída, pero las semillas habían sido plantadas. Más adelante, fue la fundadora de la Ciencia Cristiana.

Mary también se dio cuenta e que la enfermedad no tiene nada que ver con Dios. Una de sus citas favoritas de la Biblia era: <La misma fuente no puede producir agua dulce y agua amarga> En otras palabras, sólo lo bueno puede venir de Dios. Todo lo demás de lo has fabricado tú. Y aunque esto es contrario al mito popular, esa fabricación no es algo que se haga en este nivel.

Añadamos otra cosa al hecho de que la vida se autodetermina. La enfermedad no es personal. Es posible que te cueste creer esto, pero la enfermedad no a sido fabricada por ti en este nivel. Ésa es otra de las razones por las que nadie debería sentirse mal por caer enfermo. No eliges tener cáncer en este nivel, del mismo modo que un bebé no elige nacer deforme en este nivel.

La enfermedad a sido fabricada por tu mente en un nivel más amplio, y está siendo escenificada aquí de manera predeterminada. Puedes entrar en contacto con tu poder de elegir, y así tener una enorme influencia sobre si sentir dolor o no, y a veces reducir o eliminar tus síntomas físicos.

Digo < a veces> porque, a menos que seas un maestro, no siempre tendrás éxito, y el hecho de tener éxito no te convierte necesariamente en un maestro. Además, lo  más importante es el cambio que se produce en tu mente y la consecuente transformación en tu manera de sentirte. Sólo para divertirnos, dentro de un rato también hablaremos del efecto que puedes causar en otros, pero antes volvamos a tu casa.

Nota: Estuvimos de regreso en un instante, y mi mente zumbaba.

Pursah: ¿Estás bien?

Gary: ¡Sí! ¡Ha sido increíble! Es el viaje más tremendo que he hecho jamás, y fue instantáneo.

Pursah: Tendrás mucho tiempo para pensar en ello. Cada lugar del espacio y del tiempo que contemplas a sido proyectado por la mente que está fuera del espacio y del tiempo. Es posible hacer contacto con esa mente. El mejor modo de hacerlo es eliminar las barreras que bloquean tu conciencia, y todos los aspectos de la curación contribuyen a retirar esas barreras. De modo que hoy hablaremos de la enfermedad y de la curación.

Arten: Recuerda, aquí estamos hablando de niveles. No estamos diciendo que no seas responsable de tu experiencia, o que no hayas elegido el guión a otro nivel. Estamos diciendo que tienes que entrar en contacto con tu poder de elegir desde donde crees que estás actualmente. Eso también es válido cuando estás  curando a <otros >. Nunca te unes a sus cuerpos y nunca has de pedir el Espíritu Santo que sane el cuerpo. El cuerpo, enfermo o sano, sólo es un sueño. Como el Curso te enseña respecto a todos los aspectos de unirse con el soñador de ese sueño:

...Elige de nuevo lo que quieres que él sea, recordando que toda elección que hagas establecerá tu propia identidad tal como la has de ver y como creerás que es.

Ahora voy a darte la regla universal número uno en lo tocante a la curación espiritual:

No tiene que ver con el paciente.

Toda curación es el resultado de algún tipo de perdón, y todo perdón conduce a la autocuración.

Gary: De modo que, incluso cuando se trata de curar a los enfermos, en realidad se trata de perdonar mi propio sueño y de perdonarme a mí mismo por soñarlo.

Arten: Sí. Tal como expresa el anexo de Psicoterapia cuando habla de cómo el Curso ve el proceso de sanación durante la psicoterapia:

...El proceso que tiene lugar en esta relación es tal que el terapeuta cuenta al paciente, de corazón, que todos sus pecados le han sido perdonados, como también le fueron perdonados a él. ¿Cuál podría ser la diferencia entre curación y perdón?

Gary: Bueno, entonces cuando Jesús dijo a aquel hombre paralítico en el libro de Marcos: <Tus pecados te son perdonados>, y él se levantó y caminó, J estaba demostrando que curación y perdón son lo mismo. Por supuesto, la gente se asustó, pues pensaron que J estaba haciendo algo que presuntamente sólo Dios es capaz de hacer, a saber: perdonar a alguien sus pecados. No se percataron de la realidad.

Arten: Muy bien.

Gary: ¿De modo que debería ver la enfermedad de otra persona como mi   propia llamada de ayuda?

Arten: Sí. Al perdonar a esa persona tienes la oportunidad de que tu mente se cure.

Gary: Parece un poco egoísta usar las dificultades de otra persona como medio para llegar a casa.

Arten: Puede que parezca egoísta, pero en realidad es altruista.

Gary: ¿Qué quieres decir con eso?

Arten: En últimas, el perdón está diciendo que ni tú ni la persona que parece estar enferma existís realmente separados de Dios. Así que ambos sois libres. Además, ¡ése es el único modo de que podáis ser libres! Está muy bien querer la libertad,  y el modo de conseguirlo es que veas que ambos estáis libres de culpa.

Gary: Podrías decir que un gran sanador espiritual—como Joel Goldsmith, por ejemplo—debe de haber alcanzado la idea de que de alguna manera las personas se creen culpables o poco merecedoras y que el camino de la curación pasa por el perdón.

Arten: Sí. Es posible que no todos los sanadores espirituales lo articulen del mismo modo, pero la santidad que viene del amor incondicional y del perdón es esencial. En algunos casos provoca algo en el inconsciente del paciente: un reconocimiento de que en realidad es inocente y ha sido perdonado por Dios. Por supuesto, la mente del sanador está siendo sanada simultáneamente, porque en realidad sólo hay una mente. No hay paciente. En realidad no. El sueño no está siendo soñado por alguien más, ¿recuerdas ?

Gary: Oh, sí.

Arten: A propósito, J realmente curó a ese hombre tal como se describe en Marcos. Después de decir< Tus pecados te son perdonados>, también dijo < para que puedas saber que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados>. No se refería únicamente a que él tenía esa autoridad, se refería a que tú también la tienes. ¿No pareces ser un Hijo del hombre en este nivel? Y, sin embargo, en realidad eres Cristo.

Por supuesto, realmente no existe tal cosa como el pecado, y J no perdonó los pecados para hacerlos reales. Su actitud era que todo el mundo que aparece en el sueño es igualmente inocente porque sólo es un sueño.

Gary: ¿Por qué no dijo simplemente que no hay tal cosa como el pecado pues esto no es real?

Pursah: Tendrías que haber estado allí. La gente sólo podía soportar cierta cantidad de blasfemias al día. Él tenía que ir llevándolos gradualmente, hablándoles de un modo que pudieran asumir, o al menos seudoaceptar.

En privado me dijo que todo este juego no era más que un sueño, lo que me resultó desconcertante. Como te he dicho antes, decir ciertas cosas en público en aquel tiempo podría haber conducido rápidamente a la muerte de mi cuerpo. De hecho, tal como eran las cosas, ¡ J ya estaba siendo acusado de blasfemia!

Arten: No bromeaba en nuestra primera visita cuando te dije que ser estudiante suyo ahora tiene muchas ventajas respecto a serlo en ese entonces. No sabes la suerte que tienes. Ya sabes muchas más cosas sobre su sistema de pensamiento, el sistema de pensamiento del Espíritu Santo, de lo que nosotros sabíamos entonces. Deberías sentirte muy agradecido.

Gary: Lo estoy. Simplemente lo olvido de vez en cuando.

Arten: No vamos a tratar todos los temas posibles con relación a la sanación espiritual. Sería muy fácil dedicar todo un libro a este tema exclusivamente. Vamos a tocar algunos puntos básicos y podrás seguir adelante a partir de ahí. Tarde o temprano, el asunto siempre se reduce a algún tipo de perdón y en qué medida estás dispuesto a perdonar.

¿Hasta que punto estás dispuesto a asumir que todo es tu sueño? ¿A dejar tu sueño y elegir a Dios? Sabes que J te hace un pequeño truco en el Curso. La mayor parte del tiempo dice que hace falta sólo un poco de buena voluntad. Pero eso no es así para los estudiantes avanzados. En el Manual para el Maestro dice que hace falta una gran dosis de buena Voluntad.

Gary: El viejo truco de la carnaza y el anzuelo, ¿no?

Arten: Lo que haga falta  para hacer mover a un perezoso como tú. Es broma.

Gary: Sí, sigue así, Arten. Podría escribir algunas cosas muy poco halagadoras sobre ti, ¿sabes?

Arten: Me dejo corregir y bajo la cabeza en solemne humildad.

Gary: Así está mejor.

Pursah: Hay ciertas cosas que tienes que entender cuando se trata de hacer una curación espiritual, tanto si es con un paciente como contigo mismo. Hemos dicho que no tiene que ver con el paciente. Ahora ésta es la segunda gran regla de la curación espiritual:

El dolor no es un proceso físico.

Es un proceso mental.

Hemos hablado brevemente sobre Georg Grodeck. Él comprendía lo que acabo de decirte. De hecho, ¡solía preguntar a algunos pacientes cuál les parecía que era el propósito de su enfermedad! ¿Por qué plantearía a alguien que estaba sufriendo  una pregunta tan irritante? Es muy simple. Estaba cambiando su enfoque mental del efecto a la causa de forma inmediata. Él sabía que el < Ello >, como él lo llamaba—que es aproximadamente el equivalente de lo que el Curso describe con el término <ego>--, había hecho el cuerpo y  que lo estaba usando para sus propios propósitos. La pregunta que planteaba a sus pacientes estaba destinada a hacerles renunciar a su idea de que eran víctimas y llevarlos a considerar su decisión—tomada en un nivel superior, aunque él no les decía esto—de ponerse enfermos.

A veces, cuando los pacientes pensaban en su dolor como una decisión de su propia mente más que como una función corporal, se ponían bien. Por supuesto, nada funciona todo el tiempo en el nivel de la forma. Si así fuera, el universo sería previsible. El ego es muy complejo y altamente individualizado.

Te aseguro que el universo no lo haría de ninguna otra forma. Aun así, los principios de la curación tal como eran conocidos hasta cierto punto por Groddeck,  y tal como han sido articulados de manera mucho más completa en el Curso, son sólidos. La curación requiere un cambio de percepción y,  como el Curso pregunta y responde por ti:

¿Qué es lo único que se necesita para que este cambio de percepción tenga lugar? Simplemente esto: el reconocimiento de que la enfermedad es algo propio de la mente y de que no tiene nada que ver con el cuerpo. ¿Qué te <cuesta> este reconocimiento? Te cuesta el mundo que ves, pues ya nunca te parecerá que es el mundo el que gobierna a la mente.

Gary: Hemos comentado la idea de que la mente libre de culpabilidad no puede sufrir, pero pareces estar diciendo que incluso la gente que aún siente algo de culpabilidad en su mente puede controlar su dolo y a  veces ponerse bien.

Pursah: Sí. Una mente completamente libre de culpa nunca sufriría dolor, aunque podía elegir enseñar una serie de lecciones. Las personas que aún no han llegado a la maestría, en su camino hacia ella, pueden aliviar su dolor y hacer incontables cosas notables con sus mentes. Como dice J en la misma sección del Manual sobre el paciente del sanador espiritual,  aunque en realidad vale para cualquier tipo de paciente:

¿Quién es el médico entonces? La mente del propio paciente. El resultado acabará siendo el que él decida. Agentes especiales parecen atenderle; sin embargo, no hacen otra cosa que dar forma a su elección. Los escoge con vistas a dar forma tangible a sus deseos.

Una vez que el paciente o el sanador aceptan el perdón del Espíritu Santo, entonces su actitud es ésta:

El mundo no le hace nada. Pero él pensaba que le hacía algo. Él tampoco le hace nada al mundo, ya que estaba equivocado con respecto a lo que el mundo era. En esto radica tu liberación de la culpabilidad y de la enfermedad, pues ambas son una misma cosa.

Gary: Es una variante avanzada del perdón, pero sigue siendo lo mismo.

Pursah: Exactamente, buen estudiante. Dentro de ese cambio de la percepción hacia el perdón reside tu propia liberación, así como la de tus hermanos y hermanas. Porque, como el Curso elabora:

Lo que percibes como enfermedad, dolor, debilidad, sufrimiento y pérdida no es sino la tentación de percibirte a ti mismo indefenso y en el infierno.

Como J continua diciendo, hay una recompensa inconmensurable para los que se niegan a creer en estas imágenes que ven, y eligen, en cambio, el perdón y la curación el Espíritu Santo.

Un milagro ha venido a sanar al Hijo de Dios y a cerrarle la puerta a sus sueños de debilidad, allanando así el camino hacia su salvación y liberación.

¿Quién está siendo curado, el paciente o el sanador?  ¿El que perdona o el perdonado? La respuesta es que ambos, porque son uno. Puedes adoptar el hábito de tener siempre una actitud de perdón.

...Y de este modo también, los milagros se vuelven algo natural como el miedo y la angustia parecían serlo antes e que se eligiese la santidad. Pues con esa elección desaparecen las distinciones falsas; las alternativas ilusorias se dejan de lado y no queda nada que  interfiera en la verdad.

Gary:  De modo que si eres un maestro como J, no tienes que ser sanado, pero puedes seguir siendo un recordatorio para la mente de la persona a la que está curando de que en realidad es Cristo y es inocente. Cualquier maestro de Dios puede cumplir esa función y al mismo tiempo ser sanado por el Espíritu Santo. Inevitablemente llega el día en que acabas siendo como J, eres como una luz de verdad. En ambos casos, tú representas la verdad para la mente inconsciente de los demás.

Pursah: Cierto, evidentemente. Esto es lo que dice el Curso de los pacientes visitados por sanadores con mente correcta:

Los maestros de Dios van a estos pacientes representando otra alternativa que dichos pacientes había olvidado. La simple presencia del maestro de Dios les sirve de recordatorio.

Arten: Recuerda, las palabras no son importantes, la actitud lo es. Cuando yo miraba a un paciente, solía pensar:< Tú eres Cristo, puro e inocente. Ahora los dos somos perdonados>. Después de solicitar la guía del Espíritu Santo podrás pensar en lo que sea más adecuado. Recordando que cualquier forma de enfermedad es un ensayo general de la muerte, el Curso dice de los sanadores de Dios:

....exhortan dulcemente a sus hermanos y hermanas a que se aparten de la muerte: ¡He aquí, Hijo de Dios, lo que la Vida te puede ofrecer! ¿Preferirías elegir la enfermedad de su lugar?

Gary: Esa referencia a los agentes externos que parecen atenderle me recuerda lo que el Curso llama magia, o usar ilusiones para solucionar los problemas—incluida la enfermedad—en lugar de usar la mente correcta. En realidad no hay nada equivocado en eso. De hecho, podría ayudar a la gente a aceptar la curación y a no tener miedo.

Arten: Muy importante, Gary. Estar en tu mente correcta no significa necesariamente tirar la medicina por la ventana ni negarse a ver a un médico o a un terapeuta. Ése ha sido el error cometido por muchos practicantes de la Ciencia Cristiana. Han inventado un código de conducta de lo que en realidad es un ejercicio sobre el poder de la mente. Si tomar cierta medicación hace que te sientas mejor es porque tu mente inconsciente lo considera aceptable. Es decir, porque puedes aceptar ese remedio particular sin miedo.

Eso es válido para cualquier cosa que parezca funcionar, aunque todo lo demás, a excepción de la salvación, sólo funciona temporalmente. En la mayoría de los casos es mejor permitir al paciente,  y en realidad también a ti mismo, usar una forma de sanación que combine la mente correcta y alguna forma de magia, tanto si viene de la industria tradicional de la salud como de las medicinas alternativas.

De ese modo la mente puede permitirse ponerse bien sin el miedo que podría acompañar a una curación espontánea y repentina. Cuando se produce ese tipo de curación, la totalidad del sistema de creencias del paciente podría sentirse cuestionado. Algunas personas son capaces de soportar eso y otras no. A veces puede provocar  un gran miedo de parte del ego.

No niegues a la gente sus diversos métodos de curación, y no denigres a nadie por usarlos. En muchos casos siguen siendo una parte necesaria de sanación en unos términos en los que la mente puede compaginarse. Simplemente combínalos con el uso de la mente correcta, porque es la práctica la que conduce a la perfección. Mientras practicas, recuerda que la magia del mundo no es mala. Eso la haría real. Como te dice el Curso:

...Cuando el maestro de Dios reconozca que la magia simplemente no es nada, habrá alcanzado el estado más avanzado.

Gary: Similarmente, mientras que un maestro avanzado de Dios no condenaría los remedios ilusorios, también sabría esto que dice el Curso:

La salvación es lo único que cura.

Arten: Precisamente. Ésa es una importante lección del Libro de Ejercicios. El Curso también dice en la misma lección:

..La expiación no cura al enfermo, pues eso no es curación. Pero sí elimina la culpabilidad que hacía posible la enfermedad. Y eso es ciertamente curación.

Estas dos últimas declaraciones, junto con las dos siguientes, son como las piedras angulares de la actitud de J hacia la curación.

...Al estar sana, la mente sana a su vez el cuerpo, porque ella misma ha sanado. Las enfermedades son inconcebibles para la mente sana, ya que no puede concebir atacar a nada ni a nadie.

Y continúa diciendo:

El ego cree que castigándose a sí mismo mitigará el castigo de Dios. Más incluso en esto es arrogante. Le atribuye a Dios la intención de castigar, y luego adopta esa intención como su propia prerrogativa.

Gary: Muy claro, amigo mío. Una de las cosas que tengo que recordar es que no debería unirme a sus cuerpos porque yo no soy uno con el cuerpo. En cambio, debería unirme a ellos a través del Espíritu Santo y ser de una mente.

Arten: Excelente. Ésta es otra cita del Curso que capta ese principio:

Vuestras mentes no están separadas, y Dios sólo tiene un canal para sanar porque sólo tienen un Hijo. El único nexo de comunicación que le queda a Dios con sus Hijos los une a todos ellos entre sí, y a todos ellos con Él.

¿Y ese nexo de comunicación es?

Gary: El Espíritu Santo. Qué bien que lo supe, ¿verdad? De lo contrario habría fallado en la prueba.

Arten: Por fortuna, no puedes fallar en el Curso. Lo peor que puede pasarte es que tengas que permanecer aquí, al menos así parece.

Gary: Algunas personas no piensan que eso sea tan malo.

Arten: Ya hemos hablado de ello. Llegará el día en que querrán salirse, en el sentido positivo de la palabra.

Pursah: Éstas son las bases, compañero, salidas directamente de las palabras del Curso. La verdad es la verdad, pero tu estilo de curación será personal. Nunca olvides que toda sanación es espiritual, no física. Un Curso de Milagros siempre se practica a nivel de la mente, siempre con alguna forma de perdón a manera de herramienta del Espíritu Santo. Lo que has de hacer es pensar los pensamientos de la mente correcta con el paciente—o incluso contigo mismo, si eres tú quien siente dolor—y a veces los síntomas desaparecerán. Podrás progresar en tu habilidad de conseguir que el dolor desaparezca. Ahora te voy a decir la tercera gran verdad universal—tal vez difícil de creer y sin embargo totalmente cierta cuando se habla de sanación espiritual:

Últimamente, el universo mismo es un síntoma que desaparecerá.

Gary: ¡Sois absolutamente del otro extremo! He estado en la Iglesia de la Unidad, pero hasta ellos son conservadores en comparación con vosotros.

Pursah: Sí. Charles y Myrtle eran personas maravillosas. Recibieron cierta influencia de Mary Baker Hedí, y su amor por J y su lealtad hacia los aspectos más amorosos  y magnánimos de la cristiandad eran evidentes. No obstante, hicieron real cada célula del cuerpo. Aunque el Curso a menudo ha encontrado una amigo en la Iglesia de la Unidad, y es evidente que la gente puede hacer las dos cosas al mismo tiempo, ambas vías no deben confundirse y no debe pensarse que son lo mismo.

Gary: Sabes, parece que la gente siempre ha sido consciente de la lucha del bien contra el mal, y entonces lo han hecho real.

Pursah: Claro. A veces se ha hablado con profundidad de la mente correcta y de la mente errada, al menos a este nivel, es lo que Carl Jung llamó la <sombra> y lo que el Curso  llama  mente correcta es lo que Abraham Lincoln denominó< los mejores ángeles de nuestra naturaleza>. Sólo el Curso lo pone todo en perspectiva.

Gary: Esto explica por qué la gente suele acabar haciéndose daño.

Pursah: Cierto. La gente siempre hace cosas, grandes y pequeñas, que saben que les harán daño. A menudo son conscientes de ello. Como tú. ¿Por qué siempre comes esas barras de chocolate cuando vas al cine, aun sabiendo que te saldrán granos en la cara?

Gary: Porque un hombre tiene que hacer lo que tiene que hacer.

Pursah: Eres tan macho.....

Gary: ¿Eso no es lenguaje gay-lésbico a la vieja usanza?

Pursah: Sí. No tienes nada contra los gays y las lesbianas, ¿verdad?

Gary: No. La mayoría de mis parientes son gays y lesbianas. Es broma, sólo algunos de ellos lo son.

Arten: No quiero interrumpir este ingenioso intercambio, pero deberías intentar comer esas barras de chocolate sin culpabilidad. Entonces no te saldrán granos. Bueno, ha llegado la hora de despegar. ¿Alguna pregunta final, estudiante aplicado?

Gary: Claro. Podría curar mentalmente a la gente que está en Hawai con tanta facilidad como a los que están aquí, ¿no es así?

Pursah: Sí. Creo que la última vez que consultamos los oráculos, había gente en Hawai. Más budistas que cristianos, por cierto, y por supuesto los Huna.

Gary: No es de extrañar que la mayoría de la gente de allí sea más amable que la gente del continente. Toda esta conversación sobre la curación acentúa la idea de que todo está causado por la mente; no sólo la enfermedad, también  las curaciones milagrosas.

Arten: Sí. Todas las cosas, aparentemente buenas y malas, desde las curas milagrosas hasta el SIDA, la anorexia, la combustión humana espontánea o los estigmas, son hechas por la mente. Cada una de las enfermedades que conoces, y todas las que vendrán, son fabricadas por la mente. ¿Qué son las bacterias sino una proyección? ¿Qué es el síndrome bipolar sino una forma de dualidad que proclama que la separación es real?

Gary: Entonces, la epidemia del SIDA no es más que una forma más novedosa de la misma cosa.

Arten: Si no hubiera SIDA, sería alguna otra cosa. En el siglo XIV la Muerte Negra mató a más de 40 millones de personas. Las muertes por SIDA no son nada si las comparas en términos de porcentaje de población, aunque acabarán superando la marca de los 40 millones. Como la mente fabrica todas las enfermedades, lo que ocurre es que, cuando se erradica una enfermedad, la mente sencillamente fabrica otra. Esto produce la ilusión de progreso y esperanza, enmascarando el  hecho de que la gente sigue muriendo unas muertes tan terribles como siempre a causa de la enfermedad.

Gary: ¿Y que hay de esos estudios que demuestran que, cuando la gente reza por algún enfermo o por alguien que está siendo operado, la persona parece mejorar como resultado de ello?

Arten: Como las mentes están unidas, las oraciones pueden ayudar temporalmente, pero no son una cura en sí mismas. Sólo el verdadero perdón puede retirar la culpa inconsciente de la mente. Si piensas en lo que dice el Curso sobre la curación, verás que en realidad es el verdadero perdón aplicado a la enfermedad.

Gary: El otro día tuve un sueño muy claro, y me di cuenta de que en él no sentí absolutamente ningún miedo, ninguno en absoluto. Me desperté deseando poder sentirme así en todo momento. Antes anunciaban las películas de miedo diciendo: <Tendrás que seguir repitiéndote a ti mismo: sólo es una película, sólo es una película>. A veces me digo durante el día: <Sólo es un sueño. Sólo es un sueño>.

Arten: Sí, y verdaderamente sólo es un sueño. A veces te preguntarás por qué no puedes seguir sintiendo la misma falta de miedo durante todo el día. No obstante, te prometo que llegará el día en que estarás libre de miedo en todo momento. De hecho, esto te ocurre más a menudo ahora, pero tiendes a dejar pasar desapercibidos los momentos del paz  y a tomar nota más fácilmente de los momentos agitados. Por fortuna para ti, vas a seguir haciendo tus tareas de perdón y, cuando tu mente haya sido sanada completamente por el Espíritu Santo,  dejará de haber miedo para ti.

Gary: He intentado sanar gente anteriormente y no se curaron. ¿Significa eso que soy un fracaso?

Arten: Sí. Es broma. Lo cierto es que no puedes guiarte por los resultados porque no puedes ver la mente. Lo único que tienes para guiarte es el cuerpo, que no es real. Toda la curación del Curso se hace a nivel de la mente. A veces afectará a lo físico, y a veces la curación tendrá algún otro resultado que no podrás ver. Si alguien está haciendo el Curso y sólo tiene una pierna, ¿juzgarías que ha fracasado porque no le crece otra pierna? Recuerda, el trabajo se hace sobre la mente. Una vez más, no te dejes guiar por los resultados que veas o dejes de ver a nivel de la forma.

Gary: De modo que sigue habiendo esperanza para mí como sanador?

Arten: Eres un sanador, Gary. Y también lo son todos los que practican el verdadero perdón. Como te enseña el Curso:

La función de los maestros de Dios no es evaluar el resultado de sus regalos. Su función es simplemente darlos.

Una vez más, ¿quién está siendo curado realmente? La respuesta es que ambos, porque sólo hay uno.

Pursah: Ha llegado la hora de irnos. Estamos orgullosos de ti, colega. Sigue ahondando en esos pensamientos de perdón.

Gary: Una cosa....ese viaje en el que me llevasteis a Portland. Ya que estáis aquí, ¿por qué no consideráis la posibilidad de hacer un pequeño viaje a Maui (Hawai)?

Pursah: No te preocupes Gary. Volverás a ver Hawai. Está en el guión. De hecho, ya ha ocurrido; simplemente aún no lo sabes.

Un par de años después, a través de una serie de sucesos aparentemente inconexos, Karen y yo  volvimos a encontrarnos de vacaciones en Hawai, paseando por las preciosas callejuelas locales y debatiendo delicadamente la posibilidad de trasladarnos a las <Islas del Aloha>.

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