18 de septiembre de 2010

LA DESAPARICIÓN DEL UNIVERSO - Gary R. Renard CAPÍTULO 7° - (Parte I)

LA LEY DEL PERDÓN

El camino espiritual que había elegido no era un menú rápido, y el Libro de Ejercicios del Curso no era pan comido. Después de un año y cuatro meses de atención y dedicación casi constantes, conseguí completar las 365 lecciones del Libro de Ejercicios. Aunque la teoría del Curso se provee en el Texto, está muy bien explicada en el Libro de Ejercicios. Ambos son necesarios para comprender y aplicar el Curso, y ninguno está completo sin el otro. Sin embargo, el segundo, tiene un carácter más práctico. Sus ejercicios, que se aplican a las relaciones personales del estudiante y a cualquier situación en la que pueda encontrarse en un momento dado, están diseñados para producir la experiencia de  que lo que el Curso enseña es cierto.

De hecho, Arten y Pursah  ya habían insistido en que la verdadera Respuesta al mundo del ego no se presentaría a manera de respuesta intelectual, sino como una experiencia de Dios que en efecto haría que la experiencia de la separación careciera de significado. En lugar de mis disgustos habituales y frecuentes, estaba comenzando a vivir ocasionales pero bienvenidas experiencias de paz.

Esto, de por sí, ya era suficiente para sentirme agradecido por la dirección que había tomado mi vida.

Por ejemplo, en lugar de estar normalmente molesto porque Karen no era muy <espiritual> y mi camino sagrado no parecía importarle mucho, decidí seguir el consejo de Arten y permitirle aprender lo que debiera aprender en su momento. Conforme la perdonaba, me sentía más en paz con el hecho de que, casi seguro, yo no satisfacía todas sus expectativas ocultas, y permitía que ambos fuéramos simplemente tal como éramos.

Para mi sorpresa, Karen pronto se convirtió en una estudiante del Curso < a tiempo parcial >, y de vez en cuando asistía a los encuentros de nuestro grupo de estudio. Incluso llegó a completar el Libro de Ejercicios, que no es un logro menor. Aunque no estaba tan comprometida con el Curso como yo, creía lo que éste decía, e hizo grandes progresos al cambiar desde un estado de conflicto hacia uno de paz.

Uno de los necesarios cambios en mi pensamiento enlazado con el camino hacia la experiencia cumbre fue la aceptación de la idea de que la mente lo proyecta todo, observa su propia proyección desde un punto de vista diferente y aparentemente separado, y luego interpreta esa percepción como un hecho externo.

El cuerpo, siendo en sí mismo una idea de separación, ¡sólo existe en la mente como un medio para experimentar la separación! Toda mi vida había asumido que mis ojos veían el mundo, que mi cuerpo lo sentía y que mi cerebro lo interpretaba.

El Libro de Ejercicios estaba ayudándome a comprender que era tonto pensar que los ojos del cuerpo pudieran ver realmente, o que el cerebro pudiera pensar o interpretar nada. La mente le dijo a mi cuerpo qué ver y sentir, y cómo interpretar lo que yo estaba viendo y sintiendo.

El cuerpo sólo era un truco, un dispositivo dentro de la mente del ego diseñado para convencerme de que la vida mundana era real. El Libro de Ejercicios no enseñaba únicamente lo contrario de la ciencia newtoniana, sino que me ofreció la experiencia para aceptar la interpretación que hace el Espíritu Santo de todas las cosas, facilitando así el principio del fin de mi ego.

Me enfadó mucho la primera frase del Epílogo el Libro de Ejercicios, pero no así la segunda:< Este curso es un comienzo, no un final. Tu amigo te acompaña >. Sabía a estas alturas que mi amigo, el Espíritu Santo, era en realidad mi propio Ser Superior. Sin embargo, fue un gran alivio para mí emplear las alentadoras y artísticas metáforas del Curso y pensar que estaba siendo ayudado por otro. De hecho, esto era muy necesario. Seguía teniendo el mundo ante mí, y el Curso siempre era práctico: <Este curso opera dentro del marco de referencia del ego, pues ahí es donde se necesita.

En cuanto a la observación del mundo, el Curso explicaba todo lo que hay en él sin excepción. Podía contemplar toda mi vida, y también el presente, y comprender la causa de todo el comportamiento humano. Por ejemplo, los bravucones de la escuela, que amargaban la vida de algunos estudiantes, bien parecen decir: <Nosotros somos gente interesante, tú no. Tú eres el culpable y el equivocado, nosotros no >. Los <buenos> estudiantes que podían ver la injusticia de esto así como la naturaleza ridícula de tantas otras cosas del mundo, simplemente estaban representando su parte en el ciclo víctima-victimario, viendo la culpa en aquellos que perpetraban actos de injusticia en lugar de verla en sí mismos.

¿Y que decían la mayoría de los miembros de diversas  sectas religiosas extremas cuando hacían proselitismo? Posiblemente algo parecido a esto: <Vosotros sois los culpables, nosotros no. ¡Nosotros tenemos a Dios! Vosotros no. Nosotros vamos al Cielo y vosotros al fuego> ¿Qué decían los locos terroristas del mundo cuando se cobraban las vidas de hombres, mujeres y niños inocentes? Tal vez: <Vosotros sois responsables de nuestros problemas. Vosotros tenéis la culpa, nosotros no>.

Los seres humanos tienden a culparse unos a otros por su suerte en la vida, pero lo que todos hacemos es culparnos mutuamente por nuestra aparente separación de Dios, que produce la pérdida de paz que se siente como si formara parte de nuestra existencia.

Las variantes son interminables. Tanto en las relaciones personales cercanas como en las distantes, siempre se puede encontrar la causa del problema en algo o en alguien, excepto esas almas torturadas que proyectan toda la culpa hacia dentro, culpándose conscientemente de sus propias circunstancias desfavorables. Sin embargo, ¿Es esto distinto a culpar a otro cuerpo?

A menudo me animaban los cambios experimentados en  mi forma de pensar y sentir. Otras veces el Curso parecía empeorar las cosas. Como el sistema de pensamiento de mi ego, largo tiempo negado, estaba emergiendo a mi conciencia, la culpa que lo mantenía negado también emergía a la superficie, produciendo a veces una auto-expresión de miedo más grande de lo que normalmente hubiera sido.

Como un ejemplo, durante algunos años atrás, había notado un constante incremento de propaganda política derechista en tv, especialmente desde que la Comisión Federal de Comunicaciones había revocado su <doctrina de la justicia > y la <regla del mismo tiempo>. Ahora los poderes podían publicar toda la información unilateral y conservadora que quisieran a través de sus canales sin tener que dar una cantidad de tiempo justa e igual al punto de vista alternativo. Una práctica que había funcionado relativamente bien durante los últimos 30 años ahora había sido abolida, y aunque debería haberlo sabido, a veces me sentía más molesto que nunca por las tonterías que veía y oía en la pantalla de mi televisor. En ocasiones levantaba la voz para plantear preguntas como: ¿Está la gente tan fuera de sí que se creen esta porquería?.

Por desgracia, a menudo la respuesta era sí.

A pesar de mis ocasionales lapsos, podía practicar los principios del Curso buena parte del tiempo. Mi obstinación natural estaba empezando a servir de algo, no porque produjera un flujo constante de experiencias felices, sino porque me permitía mirar en una nueva manera las experiencias desagradables, disminuyendo drásticamente entonces la duración de sus efectos.

En agosto estaba muy contento ya que habían pasado 8 meses desde que había visto a Arten y Pursah por última vez. A estas alturas, confiaba en que mantendrían su palabra y aparecerían nuevamente al final de ese intervalo. Entonces, una tarde, Pursah se presentó, pero no así Arten.

Pursah: Eh, maestro de Dios, ¿qué hay de nuevo?

Gary: Si te lo dijera, me daría una bofetada.

Pursah: ¿Nos hemos olvidado de tomas nuestra píldora anti sabelotodo esta mañana?

Gary: Estaba bromeando. Me alegro mucho de verte, pero ¿Dónde está Arten?

Pursah: Haciendo sus cosas.

Gary: ¿Dónde? ¿O debería decir cuando?

Pursah: Otra dimensión. En realidad no es otro lugar, porque en realidad no hay otros lugares, y creo que ya estás empezando a entender el cuadro metafísico. Arten está trabajando contigo ahora mismo en otra de tus vidas, ¡y tú ni siquiera lo sabes! A veces la gente no sabe que un maestro ascendido está cerca. Por eso te dije que nos gusta lucir apropiadamente según el lugar donde vamos.

En realidad Arten también está aquí. Un maestro ascendido está en todas partes, aunque no siempre puedes verlo. Raras veces proyectamos más de una imagen corporal de nosotros mismos en un momento dado, y siempre con propósitos didácticos. La enseñanza no siempre es tradicional. A veces interactuamos con alguien o hacemos algo en alguna parte que ayuda a facilitar el perdón en esa dimensión particular. La mayor parte del tiempo no aparecemos en absoluto; sólo transmitimos nuestros pensamientos a la gente.

Gary: ¿Supongo que no me vas a contar nada sobre esa vida en la que Arten me está ayudando?

Pursah: Trabajemos en ésta, genio. Cuando perdonas en una vida ayudas al Espíritu Santo a sanarlas todas. El perdón que has estado trabajando a lo largo de los últimos meses está teniendo efecto sobre ti en otras dimensiones del tiempo. Arten vendrá conmigo la próxima visita. Esta vez, simplemente concéntrate en hablar conmigo. Vamos a hablar del perdón, del verdadero perdón. Quiero que mejores aún más tu capacidad de perdonar, ¿de acuerdo? El Curso es suficiente, pero tienes la suerte de gozar de buena asistencia para comprenderlo. Para la mayoría de la gente, este tipo de ayuda es absolutamente necesaria.

Gary: Como dijo Benjamín Franklin: <La necesidad es una madre >.

Pursah: Esperemos que cites el Curso con más precisión. El Libro de Ejercicios te ha ayudado enormemente. Puedes releer partes de él cuando quieras, pero no tienes que volver a hacer los ejercicios. Algunas personas los hacen dos veces; otras, cada año. Es una elección individual. En tu caso, a partir de ahora será suficiente con leer y aplicar las ideas del Libro de Ejercicios del mismo modo en que aplicas las ideas del Texto y del Manual. Y en cuanto a nuestra conversación, pongámonos a trabajar.

El Curso enseña que tu única responsabilidad es aceptar la Expiación para ti mismo. Ya has acelerado el proceso en el cual perdonas a los demás en lugar de juzgarlos. Habiendo completado el Libro de Ejercicios, ahora entiendes que, cuando condenas a otro, el proceso de tu salvación se detiene inmediatamente. También has tenido más experiencias de que el mundo es un sueño, nada sino una mera ilusión.

Gary: Hace un par de semanas tuvimos un invitado en nuestro grupo de estudio y alguien mencionó algo en relación con que el mundo era una ilusión; este hombre se sintió muy frustrado. Dijo: Entonces, ¿qué sentido tiene hacer esto? Yo sabía que la respuesta es que tienes que entender que el mundo es un sueño con el propósito de comprender el perdón y la salvación, pero no supe explicarme con claridad.

Pursah: Sí. Ya expresamos antes que no basta con decir que el mundo es una ilusión. La cuestión  es que tienes que aprender a perdonar para poder volver a casa. Es necesario entender la metafísica del Curso para poder entender el perdón, pero puede ser beneficioso para algunas personas si destacas el valor del perdón primero y después hablas gradualmente de la naturaleza onírica del mundo y de otros rasgos de la verdad.

Y eso es justo lo opuesto de lo que hicimos contigo, pero hay una gran diferencia entre un libro como  el que va a ser el resultado de nuestras visitas y el tipo de interacciones personales que tendrás con la mayoría de la gente. No vas a enseñar a nadie la totalidad del Curso. Eso significa que la gente sólo lo leerá  si encuentran algo que les suene cierto o que motive su interés. No trates de controlar eso. Simplemente sé tú mismo y deja que el Espíritu Santo obre con la gente. Sí, pide ayuda y comparte tu experiencia si lo deseas, pero no trates de cambiar el mundo ni a sus habitantes. Simplemente perdona, en silencio. No te acerques a la gente y le digas: <Ahora te estoy perdonando, sabes>. Y esto nos devuelve al tema que teníamos entre manos.

Dime algo que recuerdes del Curso; cualquier cosa que te venga a la cabeza, rápidamente.

Gary: De acuerdo, ésta es una de mis favoritas:

No soy un cuerpo. Soy libre.

Pues aún soy tal como Dios me creó.

Pursah: Es una buena cita. Es del Libro de Ejercicios, que además expresa:

...El ego tiene en gran estima al cuerpo porque mora en él, y no puede sino vivir unido al hogar que ha construido. Es una de las partes de la ilusión que ha ayudado a mantener oculto el hecho de que él mismo es algo ilusorio.

Ahora bien, si pensabas que eras un cuerpo antes de hacer el Curso, bien puedes estar seguro de que otras personas piensan que ellas son cuerpos. Un componente importante de tu perdón es que aspiras a enseñar a la gente, silenciosamente, que no son cuerpos. Y así es como tu mente aprenderá de manera segura que tú no eres un cuerpo. Como señala el Curso:

Lo que enseñes es lo que aprenderás.

A medida que avancemos, procura recordar eso. Como hemos dicho, cuando perdonas a los demás, en realidad eres tú quien está siendo perdonado.

Voy a hablar de los componentes del perdón, porque, como ya hemos dicho, el perdón es una actitud. Todo lo que aprendas se incorpora en esa actitud hasta que el perdón ocurra automáticamente.

Para la mayoría de la gente, especialmente durante los primeros años, el perdón requiere que pienses en ello. Te conviertes en maestro teniendo procesos de pensamiento de perdón.

Estos pensamientos de la mente correcta, en vez de los del ego, acaban por dominar tu mente. Digamos que ocurre una situación o se presenta alguien a quien tienes que perdonar y,  siguiendo la dirección del Libro de Ejercicios, has aprendido a tener pensamientos de la mente correcta respecto a la persona o situación. La aplicación de tu entendimiento de todo el sistema de pensamiento del Curso, que incluye el Texto y el Manual, colabora y fortalece tu actitud de perdón.

Tus pensamientos de perdón generalmente no serán lineales. Cada persona tiene ciertas ideas que funcionan mejor para ella. Ayuda enormemente que el Curso sea de naturaleza holográfica, donde cada pensamiento  se encuentra relacionado con todos los demás. De hecho, se puede decir que al igual que en un holograma, la totalidad del  sistema de pensamiento del Curso se encuentra en cada una de sus secciones, o que cada parte contiene la totalidad.

Te voy a entregar algunas ideas del Curso que serán particularmente útiles para construir una sólida actitud de perdón. Esto te liberará tanto a ti como a las imágenes que veas en la prisión que parecen estar. En primer lugar,  hablemos un poco más sobre la situación que afrontas, y de por qué el Curso no es únicamente abstracto, sino muy práctico en este nivel.

Gary: Una  pregunta importante, por favor.

Pursah: De acuerdo, te has portado bien.

Gary: ¿Qué pasa con la gente que no parece tener nada de miedo cuando cometen actos horrendos? Hay personas que se sujetan bombas al cuerpo y se suicidan llevándose muchas víctimas con ellos, porque creen que el martirio les garantizará un lugar en el Cielo. En Estados Unidos, los asesinos en masa suelen preferir armas automáticas para liquidar docenas de personas sin pestañear. En ambos casos, estos asesinos son muy fríos y metódicos, como si no tuvieran ningún miedo. A veces incluso sonríen. ¿Cuál es al diferencia entre esa ausencia de miedo y lo que estás enseñando?

Pursah: Ésa es una pregunta sensata, y puedes hallar la respuesta en muchas de las cosas que ya te hemos expresado, porque  todas ellas son parte del mismo sistema de pensamiento del amor. Ya hemos dicho que, tal como el Curso enseña, la mente no puede sino acatar los dictados del sistema de pensamiento al que se adhiere. El sistema de pensamiento del Espíritu Santo está guiado por el amor; el del ego está guiado por el miedo y el odio, y siempre producirá algún tipo de destrucción. Los hombre-bomba y otros asesinos pueden parecer que no le tienen miedo a nada, pero simplemente han negado y proyectado hacia el exterior su miedo psicótico. La apariencia de paz no siempre es verdadera paz interior, y no podemos repetir lo suficiente que la gente del mundo nunca vivirá en paz hasta que tengan paz interior, resultado inevitable del verdadero perdón.

También hemos dicho  que lo que haces es el resultado de lo que piensas. Eso no significa que siempre vayas a tener un comportamiento intachable. De hecho, cuando el Curso señala que un maestro de Dios se hace perfecto aquí, se está refiriendo al perfecto perdón, no al comportamiento perfecto. La verdadera paz vendrá del verdadero perdón. Y la violencia---que es la representación del propio odio hacia uno mismo visto como si estuviera fuera de uno---nunca se producirá como resultado del sistema de pensamiento del Espíritu Santo, que sólo enseña amor y perdón. La metafísica del Curso está construida en torno a la realidad de Dios y la irrealidad de la separación, y es esencial conocerla. Pero en el perdón es donde la llanta toca la carretera. Sin el perdón, la metafísica es inútil. Por eso decimos que el Curso es práctico. Al final, sólo hay dos cosas que en realidad puedes hacer. Como enseña el Curso:

El que no perdona se ve obligado a juzgar, pues tiene que justificar el no haber perdonado.

Tu trabajo es enseñar el perdón. Hemos dicho que el Curso india que enseñar es demostrar. También dice:

No ando en busca de mártires sino de maestros.

El perdón nunca producirá violencia, pero el juicio siempre producirá alguna clase de efecto negativo en el nivel de la forma, incluso si el efecto se limita a tu propia salud. La violencia es la extensión máxima e ilógica del miedo, del juicio y de la ira. El ilusorio sistema de pensamiento del ego siempre conducirá a alguna forma de violencia y asesinato, porque exige que la gente vea al enemigo---o la causa del problema---fuera de sí mismos. A ti te ocurría lo mismo, pero has encontrado el camino de salida. Revirtiendo el pensamiento del ego, tu miedo no será proyectado sino liberado.

La salvación hace que no exista nadie ahí fuera a quien culpar por tu único problema real, del cual todos los demás son meros símbolos. Tanto la causa, que es la decisión de creer en la separación de Dios, como la solución, que es el principio de Expiación, se encuentran ambas en tu mente, donde ahora tienes el poder de elegir la Respuesta del Espíritu Santo.

Examinemos los componentes del perdón. Apréndelos y recuérdalos bien, querido estudiante. Si puedes recordarlos cuando te enfrentes a las constantes tentaciones del ego de considerarte a ti mismo como un cuerpo, entrarás en la galería de la fama del perdón. Estas ideas son el camino de la salvación, y tu boleto de regreso a casa, si llegas hasta el punto de aplicarlas regularmente.

Gary: Eso que has dicho sobre la galería de perdonadores famosos es una metáfora porque soy al béisbol, ¿no es así?

Pursah: ¿Ves? Ya puedes ver la diferencia entre lo que debes tomarte literalmente y lo que debes tomarte metafóricamente.

Gary: De acuerdo. Vamos a ello. Estoy acostumbrado a trabajar por nada, de modo que háblame de ese invento del perdón. Ya sabes que estoy bromeando. Sé que al Cielo no se le puede llamar nada.

Pursah: Eso es correcto. Y no tienes que esperar hasta tu experiencia de iluminación para disfrutar los beneficios del perdón. Como dice el Curso:

Una mente tranquila no es un regalo baladí.

Teniendo esto en cuenta, un componente de la práctica del perdón cuando te encuentres con una oportunidad sería recordar que estás soñando. Eres el autor del sueño y has hecho que sus personajes actúen fuera de ti, para poder ver tu culpa inconsciente fuera de ti. Si recuerdas que estás soñando, entonces ahí fuera no hay nada más que una proyección. Una vez que crees eso---y la creencia sólo viene con la práctica y la experiencia---no hay necesidad de que lo que ves y perdonas tenga ningún impacto en ti. Como dice el Curso:

El milagro establece que estás teniendo un sueño y que su contenido no es real. Éste es un paso crucial a la hora de lidiar con ilusiones. Nadie tiene miedo de ellas cuando se da cuenta de que fue él mismo quien las inventó. Lo que mantenía vivo el miedo era que él no veía que él mismo era el autor del sueño y no una de sus figuras.

Esta cita es de la sección del Curso llamada< La inversión de efecto y causa >, que también dice:

El milagro es el primer paso en el proceso de devolverle a la Causa la función de ser causa y no efecto.

Gary: De modo que ahora es mi sueño, no el de otra persona, porque sólo somos uno. En realidad no hay nadie ni nada más que mi proyección, que ahora estoy < recogiendo> al responsabilizarme de ella.

Pursah: Sí. Recuerda, eso no significa que no haya mentes aparentemente separadas que piensan que en realidad están allí, pero que, como tú, tienen que aprender la verdad para que toda la mente vuelva a ser una. Como decimos, todo esto llegará a ser parte de tu actitud, pero al principio conviene pensar en ello como si tuviera distintos componentes.

Cuando ya eres la causa y no el efecto, otro componente del perdón sería: perdona tanto tus imágenes proyectadas como a ti mismo por haberlas soñado.

Ya sabes que el Curso te dice que tienes que perdonar a tu hermano por lo que no ha hecho. Eso sería verdadero perdón porque, como también dice el Curso, tú no estás haciendo real el error. No estás haciendo reales tus ilusiones; estás llevando tus ilusiones ante la verdad. Ahora es el momento de perdonarte a ti mismo por soñar todo este lío en primer lugar. Si no ha ocurrido nada---y si el Curso enseña algo es que no ha ocurrido nada---entonces eres inocente. Así, a media que perdonas a tus hermanos y hermanas, tu mente toma conciencia simultáneamente de que estás siendo perdonado. Recuerda, también hemos mencionado otra cita el Curso: Tal como le veas a él, te verás a ti mismo.

Gary: Si no hay nadie allí, y si yo creo al Curso, entonces lo que realmente está ahí fuera es Cristo. Si eso es lo que elijo ver en lugar de las imágenes que me muestran los ojos del cuerpo, entonces eso debe de ser lo que yo soy.

Pursah: Muy bien. ¿Ves? Todos los componentes del perdón encajan. Si las personas que ves son Cristo, entonces tú también lo eres. Si respondes con los juicios del ego y das realidad a los sueños de los demás en los que ellos también son egos, eso será lo que pensarás que eres. Es cierto que no hay nadie ahí fuera. Repitiendo este importante punto: las personas que ves piensan que están ahí fuera, como si fueran fantasmas. Como dice el Curso en la sección titulada <La unión mayor >:

No te unas a los sueños de tu hermano, sino a él, y ahí donde te unes a su Hijo, ahí está el Padre.

Y en la sección siguiente, < La alternativa a los sueños de miedo>

Si perdonas al soñador, y percibes que él no es el sueño que el mismo tejió, no estás compartiendo  con él su nefasto sueño. Por lo tanto, él no puede ser parte del tuyo, del cual ambos os liberáis.

Gary: ¿Practicar este perdón hará que vaya despertando gradualmente del sueño?

Pursah: Sí. Si despertaras de repente te aseguro que no sería agradable. Tienes que estar preparado para una forma de vida diferente. Incluso en esta vida, donde la gente piensa que son cuerpos, el cambio no es bien recibido, aunque la gente pretenda que lo es. Dijimos que J admiraba la historia de Platón de la Cueva, la que tu madre solía leerte. Él hace referencia a esta historia en una cita del Curso en la que apunta que tanto tú como tu hermano tendréis resistencias conscientes e inconscientes a la verdad. También aconseja que no debieras esperar hasta que todo el mundo esté de acuerdo contigo en este ciclo de vida.

Los que llevan años prisioneros con pesadas cadenas, hambrientos y demacrados, débiles y exhaustos, con los ojos aclimatados a la oscuridad desde hace tanto tiempo que ni siquiera recuerdan la luz, no se ponen a saltar de alegría en el instante en que se los pone en libertad. Tardan algún tiempo en comprender lo que es la libertad.

Tu trabajo consiste en perdonar, no en mendigar la aprobación de esas mentes aparentemente separadas que estás perdonando. Otro modo de recordar este mismo componente del perdón es traer a la memoria este párrafo del Libro de Ejercicios:

Hay una manera muy sencilla de encontrar la puerta que conduce al verdadero perdón y de percibir que está abierta de par en par en señal de bienvenida. Cuanto te sientas tentado de acusar a alguien de algún pecado, no permitas que tu mente se detenga a pensar en lo que esa persona hizo, pues eso es engañarse uno a sí mismo. Pregúntate en cambio: <¿Me acusaría a mí mismo de eso?

En lugar de acusarte a ti mismo, recuerda que las peticiones de amor de otros son las tuyas propias. Deberías sentirte agradecido a los demás; los necesitas tanto como ellos te necesitan a ti. Sin esas imágenes que ves y el milagro, nunca serías capaz de encontrar el camino de salida. Esas imágenes son símbolos de lo que está en tu mente inconsciente, y sin ellas tu culpa inconsciente permanecería oculta de ti eternamente, y entonces no habría escape.

El Espíritu Santo toma el mismo dispositivo fabricado por el ego para protegerse y lo usa para deshacerlo. Sus dispositivos sólo pueden ser usados para bien. No te preocupes por los resultados, que podrían ser vistos o no al nivel de la forma. Siéntete agradecido por lo que el perdón y el Espíritu Santo están haciendo por ti. Perdonando a tus hermanos y hermanas de la manera que hemos descrito, e estás reuniendo con lo que eres en realidad.

Estás diciendo al mundo y a las imágenes corporales que ves que su conducta no puede tener ningún efecto sobre ti, y que si ellas no pueden tener un efecto en ti, entonces en realidad no existen separadas de ti.

Así en realidad, no hay separación de ninguna clase, lo cual nos conduce al último  gran componente de la actitud del perdón: Confía en el Espíritu Santo y elige su fuerza.

La paz del Espíritu Santo te será dada si haces tu trabajo. Él sanará la mente mayor inconsciente que está oculta de ti, y al mismo tiempo te dará su paz. Es posible que esta paz no llegue siempre inmediatamente, aunque a veces lo hará. En ocasiones te sorprenderá en forma de algún suceso que normalmente te disgustaría y esta vez no lo hace. Todo esto te conducirá al Reino de los Cielos, porque, junto al Espíritu Santo, estás haciendo el trabajo que conduce a un estado de paz, que es la condición del Reino.

Perdonar es en realidad prepararse para volver a entrar en el Reino de los Cielos; como dice el Curso:

...La capacidad de aceptar la verdad en este mundo es la contrapartida perceptual de lo que en el Reino es crear. Dios cumplirá con Su cometido si tú cumples con el tuyo, y a cambio del tuyo Su recompensa será el intercambio de la percepción por el conocimiento.

Este conocimiento, que no es el conocimiento tradicional, técnico, sino la experiencia del Cielo---similar a la idea original de la gnosis---es un derecho de todos. El Curso no es neognosticismo: el Curso es algo único. Los gnósticos entendieron algunas cosas correctamente, en particular la escuela valentiniana del siglo II en Roma. Antes mencionamos el Evangelio de la Verdad, que fue escrito por un alumno de Valentino.

Gary: ¿Es como las notas resumidas del gnosticismo?

Pursah: Más o menos, aunque algunos de los términos te confundirían. Fue un Evangelio popular durante algún tiempo.  No hay nada malo en ser un populizador, Gary, siempre que hagas un buen trabajo, amplíes el conocimiento general del tema en cuestión, hagas tus contribuciones y te acuerdes también de dar reconocimiento a quien lo merece. En cuanto a los gnósticos y a la mayoría de los buscadores espirituales que vinieron antes que tú, ellos no tuvieron acceso a la mayoría de la información sobre el perdón que ahora tienes el privilegio de aprender. De modo que en realidad sus mentes no podían estar preparadas para la gnosis.

Como tú tienes acceso a ella, debes confiar en que el Espíritu Santo esté haciendo su trabajo de prepararte para el Cielo, y no preocuparte por la apariencia superficial de las cosas.

Puede parecer que la gente no acepta tu perdón. Eso no importa. El Espíritu Santo mantendrá tu perdón en sus mentes hasta que estén preparados para aceptarlo. No importa si la persona aún está <viva> y en su cuerpo físico o no. El Espíritu Santo salvará la distancia que parece haber entre los distintos aspectos de tu mente y volverá a hacerte completo. Porque, tal como el Curso dice de ti y del que has perdonado:

El Espíritu Santo mora en vuestras dos mentes, y Él es uno porque no hay brecha que pueda dividir Su Unicidad. La brecha que separa vuestros cuerpos es irrelevante, pues lo que está unido a Él siempre es uno.

Gary: Genial. Si he conseguido tomar esto bien en mis notas, éstos son los principales componentes del perdón: recuerdo que estoy soñando, perdono tanto a las imágenes proyectadas como a mí mismo por soñarlas, y confío en el Espíritu Santo y elijo su fuerza. Mi sueño de que la separación de Dios es real es la causa del problema, y el perdón el Espíritu Santo es la solución.

Pursah: Muy bien. Esto es un resumen; un acompañamiento de la fórmula de perdón del Curso que dice:

a) que la causa debe ser identificada.

b) después debe soltarse y

c) ser reemplazada.

Ése es el modo de recordar a Dios. El Curso también dice que los primeros dos pasos de este proceso requieren tu cooperación. El último no. En otras palabras, la parte del Espíritu Santo no es responsabilidad tuya. Por eso digo que tienes que confiar en Él.

No obstante, es útil pensar que eliges Su fuerza, porque en último término eres exactamente lo mismo que Él y que Cristo. En la Sagrada Trinidad no hay separación real. Ésa fue una herramienta teológica para ayudar a la gente a comprender algunas ideas cristianas. A través del verdadero perdón, tomas conciencia de que eres lo mismo que J y que el Espíritu Santo: Uno con Dios y Cristo.

En el Cielo no se reconocerán las diferencias, porque no las hay. Hay, no obstante, un bienestar perpetuo que disuelve cualquier cosa que hayas experimentado aquí, porque se encuentra más allá de todo bienestar. Trascendiendo cualquier descripción, el Cielo es una Unidad compartida y una alegría  de la que puedes tener vislumbres en este ciclo de vida. Arten y yo hablaremos un poco más de esto cuando te veamos la próxima vez.

Después de eso, nuestras visitas a veces serán muy breves, y estarán diseñadas para ayudarte a analizar distintos temas y situaciones a través del sistema de pensamiento del Curso. A lo largo de los próximos años, vamos a ayudarte a crecer en tu aplicación del perdón en todos los aspecto de tu vida. Pero serás tú quien haga la mayor parte del trabajo. Y llegará el día en que despiertes del sueño.

Gary: ¿Cuándo? ¿Cuándo?

Pursah: Diré solamente que será mucho más rápido de lo que habría sido si no hubieras estado dispuesto a aceptar el Curso. Finalmente el sistema de pensamiento del Curso será como tu segunda naturaleza, y  podrás aplicarlo cada vez con menos esfuerzo. A veces no requiere pensar en absoluto, simplemente es un modo de ser. Otras veces tendrás que pensar las ideas del Curso, lo que fortalecerá tu actitud de perdón. Es necesaria la ilusión del tiempo y mucha práctica para llegar al punto donde todo el sistema de pensamiento del Espíritu Santo es simplemente tu forma de ser, y en último término lo< que eres>. Pero llegará, y conocerás el Curso tanto visceral como intelectualmente. Ésa es una experiencia maravillosa.

Gary: Eso sería como el concepto Zen del conocimiento como verdad no articulada.

Pursah: Muy bien, genio. Pero aquí se trata de experimentar lo que realmente eres, no lo que pensabas que eras. Voy a darte un ejemplo de un proceso mental de perdón que te resultará útil. Haz que este proceso mental sea un aparte integral de tu pensamiento, junto con los principales componentes el perdón, todo el sistema de pensamiento del Curso que hemos venido explicándote,  todo lo que has estudiado y todas las citas que te he dicho. Eso debería mantenerte ocupado durante los próximos meses. Cuanto más sepas, tanto más probable es que recuerdes el sistema de pensamiento del Curso cuando más lo necesites, que es cuando las cosas parecen ir peor.

Gary: Te refieres a cuando la vida te fastidia ferozmente.

Pursah: Ferozmente, suavemente, no importa. Es tan importante perdonar las cosas pequeñas como las aparentemente grandes. Cualquier cosa que altere tu paz mental, altera tu paz mental, y eso no es la paz de Dios. Tienes que estar dispuesto a perdonar todas las cosas igualmente. Por eso el Curso dice que todos los milagros son lo mismo. Eventualmente entenderás la igualdad de las cosas que no son importantes para ti y de las que sí lo son.

Gary: ¿Cómo Hawai?

Nota: Desde que era adolescente había visto películas y programas de tv filmados en Hawai, y había soñado con vivir allí alguna vez. Sólo lo había visitado una vez,  que fue una de las ocasiones más felices de mi vida. Lo que vi no me decepcionó, y deseé más que nunca encontrar el modo de trasladarme allí sin tener que hacer grandes esfuerzos económicos. Hawai es caro y sé que mucha de la gente que se a trasladado allí se ha visto forzada a regresar a casa  durante los dos primeros años por motivos económicos. Mi determinación de vivir allí era mayor que nunca, pero también quería establecer las condiciones que me condujeran al éxito. No había nada en mi vida que anhelará más.

Pursah: Sí. Como te hemos dicho, perdonar no implica que tengas que renunciar a nada en el nivel de la forma. Tu apego psicológico a Hawai es uno de los modos en que el ego de apega al cuerpo y al mundo. Esto tendrá que ser perdonado. Enmascara tu resistencia inconsciente a la verdad de que el mundo no existe.

Como tú, la mayoría de la gente no quiere oír que sus sueños y pasiones en realidad son falsos ídolos: un sustituto de Dios y el Cielo. ¡Incluso has elegido un lugar al que llaman el paraíso!

Escucha esto: no hay nada malo en tu sueño si lo comprendes y lo perdonas. Perdona, y después haz lo que tú y el Espíritu Santo elijáis. ¡Y diviértete!

Gary: Sabes, me encanta tenerte aquí, pero hecho de menos a Arten.

Pursah: Él está ayudándote ahora mismo; tú no puedes verlo. Pero recuerda algo. Cuando Arten te dijo la última vez que nosotros hablaríamos de algunas cosas contigo la próxima visita, fue muy literal. Su Voz y la mía son la misma Voz, Gary.

Aparecimos como un hombre y una mujer porque sabíamos que eso te sería útil, pero llegará el momento en que nos oigas como una sola Voz. Sólo hay uno de nosotros: la Voz del Espíritu Santo. Comprenderás esto cada vez mejor a medida que avancemos.

Gary: Me estaba  preguntando algo. J te dejó tocarle para que supieras que era real cuando se presentó a ti después de la crucifixión, ¿no es así? De modo que me estaba preguntando... ¿puedo tocarte yo para ver si eres real?

Pursah: Sí, de acuerdo. ¿Dónde te gustaría tocarme, Gary?

Gary: ¿Estás coqueteando, o soy yo?

Pursah: Eres tú. Me estaba refiriendo a ese deseo secreto tuyo. La mayoría de las mujeres que has conocido ni siquiera se daban cuenta de que lo que más te excitaría sería tocarlas en un lugar que la mayoría de la gente no considera sexual.

Gary: Realmente lo sabes todo sobre mí, ¿no es así?

Pursah: No te preocupes. No se lo diré a nadie. Quizá podamos volver a hablar de esto cuando hablemos de sexo contigo, pero ahora sigamos con el tema de la visita. Adelante, toca mi mano y mi brazo, del mismo modo que yo toqué a J cuando era Tomás y él nos dejó  asombrados apareciéndose a nosotros después de que supiéramos que su cuerpo había muerto.

Nota: Caminé hasta Pursah, me senté a su lado en el sofá y toqué y tomé su mano y su brazo, que me parecieron tan reales como cualquier mano y brazo de carne y hueso que hubiera sentido nunca. Después le di las gracias y volví a mi silla.

Gary: Eres real, chica.

Pursah: Tan real como cualquier otra cosa , pero todo está en la mente. Aprecio que no hayas cedido a tu fetiche secreto. Pero esto pone algo sobre la mesa. Has tenido sueños húmedos a lo largo de tu vida, ¿no es así?

Gary: ¿No estamos entrando en un terreno bastante personal?

Pursah: Sólo por un momento, para demostrar un punto. Cuando tenías ese tipo de sueños que parecían tan reales, ¿dónde sentías a la mujer?

Gary: ¿Quieres decir que parte de la mujer sentía?

Pursah: No. Hombre. Me refiero a ¿dónde la sentías realmente?

Gary: ¿En mi mente?

Pursah: Excelente. Este sueño, que tú consideras tu verdadera vida, no es diferente. Sí, te parece muy real; sin embargo, puedes tener la misma experiencia en un sueño mientras duermes por la noche. Incluso tu cuerpo responde a él como si fuera real. Tu corazón late más rápido; respiras con más intensidad, y no mencionaré qué más se endurece.

Gary: Entiendo a qué te refieres. Como dice el Curso, paso todo mi tiempo soñando.

Continuará….

No hay comentarios: