27 de julio de 2010

En Casa con Dios – Parte 2

Una vida que Nunca termina

Un maravilloso mensaje de amor

En una íntima Conversación con Dios

Neale Donald Walsch

¿Quieres decir que no sólo entro en una unión total con lo divino, sino que también salgo de ella? Sí. ¿Estamos hablando aquí sobre la reencarnación? En cierto modo. Aquí me saliste con otra buena…

Creo que es importante entender que nada de esto puede reducirse a una frase o una palabra. Sin embargo, si tienes algo de paciencia, creo que encontrarás que nada de ello está más allá de tu comprensión.

Lo único que quiero conseguir es la verdad sobre la muerte y morir. Quiero saber “la verdad de Dios”. Todavía piensas que Dios es algo separado de ti, ¿No? Realmente no pienso eso. Sé que Dios y yo –que tú y yo- somos uno. ¿De verdad? Sí. Sé que no hay separación entre tú y yo. Sé que soy una Individualización de la Divinidad.

Entonces, ¿por qué hablas de la forma en que lo haces? ¿Por qué dices que quieres saber “La verdad de Dios”? Debes saber que la verdad de Dios yace dentro de ti.

“La verdad de Dios” era una figura retórica. ¡Ah! Entonces lo que estás esperando encontrar, realmente, es tu verdad. Tengo la esperanza de usar esta conversación, esta “oración”, como un medio de conducirme a mí mismo a la respuesta, a la verdad, que yace en lo profundo dentro de mí, sí.

Bien. Esta experiencia puede conducirte a ese camino, pero tú debes colocarte en él, como he dicho ya repetidamente. Puedo enseñarte el camino a Casa, pero tú debes tomar el camino a Casa. He dicho que en el sentido más verdadero de la palabra no estás en un viaje. Ya estás allí adonde quieres ir. Pero, dado que no sabes esto, tu experiencia es que estás en un viaje. Así que debes hacer el viaje para descubrir que el viaje no es necesario. Debes embarcarte en el camino para descubrir que el camino empieza y terminas justo donde estás. Tienes miedo de morir y tienes miedo de vivir. Qué forma de existir!

¿Cómo puedo estar seguro de que estas palabras, de entre todas las palabras que se han dicho sobre este tema, pueden llevarme a mi verdad sobre la vida y la muerte? No tienes que estar de acuerdo con estas palabras para ser guiado a tu verdad. ¿No?

No incluso aunque estés en desacuerdo completamente con estas palabras, serás guiado a tu verdad: habrás encontrado el camino a Casa, porque, si estás en desacuerdo con estas palabras, entonces sabrás con qué estás de acuerdo. Entonces tomarás otro camino. Y si ese otro camino no es tu camino, tomarás otro, y otro más, hasta que encuentres tu rumbo para salir de esta confusión y volver a Casa. Supongo que podría ser así como funcionara todo.

Así es como funciona realmente. Toda tu vida te conduce de vuelta a Casa, de vuelta a mí. Por lo tanto, bendice de vuelta a Casa, de vuelta a mí. Por lo tanto, bendice cada acontecimiento, cada persona, cada momento, porque cada uno de ellos es sagrado.

Incluso aunque no estés de acuerdo con ese acontecimiento, incluso aunque no te guste esa persona, incluso aunque no esté disfrutando ese momento, todos ellos son sagrados, porque la Vida informa a la vida sobre la vida a través del proceso de la Vida Misma, y no hay nada más sagrado que Saber, y después Experimentar, lo que la Vida tiene para decirnos sobre nuestro Ser.

Y así, el hecho mismo de tener esta conversación, incluso aunque no estés de acuerdo con ella, te conducirá a tu verdad y a tu camino a Casa. También serás guiado a ese camino si estás de acuerdo con esta conversación. De una forma u otra esta conversación te llevará allí adonde buscas ir.

Todos los caminos conducen a Casa. Cada uno de ellos. Y cada camino tiene sus “propias marcas en los árboles” para ayudar a guiarme hasta allí.

En efecto. Ahora estás entendiendo. Esas marcas que ves en los árboles son todas tus propias marcas. Mira alrededor. No hay nada aquí que tú no hayas colocado. Sin embargo, a veces no reconocerás tus propias marcas. Si las miras desde un ángulo diferente, pueden parecerte diferentes. Puede parecer como si algún otro las hubiera colocado ahí.

Estamos hablando, por supuesto, sobre las marcas de tu vida: en particular aquellas que podrías llamar Cicatrices. No vayas a pensar que algún otro las ha colocado ahí. Eso te convertiría en una víctima, al otro, en un villano. Sin embargo, en la vida, como ya te he dicho, al otro, en un villano. Sin embargo, en la vida, como ya te he dicho, Y no hay víctimas ni villanos. Siempre recuerda eso.

Mi maravillosa amiga Elisabeth Kübler-Ross solía decir algo en relación a esto que a mí me encantaba: “Si protegieras el cañón de los vendavales, nunca verías la belleza de sus esculturas”

Si. Eso es lo que quería decir antes cuando afirmé que toda la vida es maravillosa, así como la “muerte” es maravillosa. Es todo una cuestión de perspectiva. La perspectiva crea percepción Sí.

No, no, no digas “sí” simplemente. Examina esa última declaración más despacio. Mírala más profundamente. Esa es una de las declaraciones más importantes que voy a hacer aquí. Dije: La perspectiva crea percepción. Cómo miramos algo crea cómo lo vemos.

Exactamente. Gracias. Entonces, si te consideras una víctima, te verás como una víctima. Si te consideras un villano, te verás como un villano. Si te consideras un co-creador en un proceso de colaboración, así será como te veas.

Si consideras cada momento de tu vida –tu muerte incluida- como un regalo, lo verás como un tesoro que te servirá siempre y te llevará a la alegría. Si consideras cada acontecimiento, incluida la muerte, como una tragedia, lo llorarás para siempre, y no recibirás nada de que esto es verdad sobre la muerte, pronto podrás ver que esto es verdad sobre cada uno de los acontecimientos de la vida.

Y, si puedo ver incluso la muerte como un regalo en vez de una tragedia, entonces puedo ver todo lo demás en mi vida –las “pequeñas muertes”- como un regalo también… todas las cosas supuestamente malas que me han hecho o que yo he hecho a los demás. Y, entonces, no habrá más pesar.

Ni para ti ni para nadie más. Cuando vives bien todas tus “muertes”, dejas que los otros vivan bien con tus muertes. Las pequeñas y la grande.

¡Uau, lo que has dicho! Lo que has metido aquí. Pero no siempre es posible “morir bien”. Estoy hablando ahora de la “muerte grande”. Quiero decir, a veces tenemos simplemente un miedo tremendo de morir.

Por supuesto que lo tienen. Y, cuando también tienen miedo de las “pequeñas muertes” – o sea, cualquier derrota o pérdida-, también tienen miedo de vivir. Así que tienen miedo de morir y tienen miedo de vivir. ¡Qué forma de existir! Entones ¡Ayúdanos!

¿Qué crees que estoy haciendo? Aquí estoy dedicando tiempo para ayudarte a deshacerte del miedo a la “muerte grande”. Porque, cuando no tienes miedo de eso, ya no tienes miedo de nada. Y puedes vivir de verdad. Entonces, ¿Por qué tenemos ese “miedo mortal” a morir?

Por lo que les han enseñado sobre la muerte. Por lo que les han dicho. Cuando consideras la muerte de una forma nueva, puedes experimentar de una forma nueva. Y eso puede ser un gran regalo, no sólo para ti, sino para aquellos a los que amas.

Tengo un amigo, Andrew Parker, que vive en Australia, cuya maravillosa mujer –Pip, como la llamaban los que la amaban- hizo precisamente eso. Pip se murió de cáncer en Nochevieja, justo después de la llegada de 2005, y Andrew compartió conmigo un correo electrónico que él había mandado a un gran número de amigos suyos y de su esposa. Ilustra perfectamente lo que estamos diciendo aquí. El correo electrónico de Andrew decía: Pip es el mayor regalo que alguna vez haya tenido.

Llegó a mi vida en un momento en que yo pensaba que lo tenía todo bajo control, y no lo tenía. Estaba sentada sonriendo bajo la luz de la luna esa primera noche en la que realmente conectamos y supe que, si pasaba un ratito con ella, finalmente me casaría con ella y tendría hijos. ¡Qué bendición ha sido! Un cáncer en su hermoso pecho empezó el viaje de nuestra relación y, oh, de qué modo su coraje y su fuerza me enseñaron el camino.

Su sonrisa siempre presente y sus agudas observaciones me mantuvieron siempre alerta, aunque fue su amor incondicional lo que tuvo el mayor impacto sobre mí. Su amor era fuerte como un roble vigoroso, tan profundo y azul como un océano y tan poderoso como las mareas y las corrientes dentro de sus profundidades. Inamovible era su compromiso para conmigo y cómo me veía.

Ella miró más allá de los ásperos bordes del diamante, de mi marcado acento de Newcastle, de las palabrotas y de los modales burdos que eran restos de mi ayer. Ella sólo vio lo mejor de mí y tenía una manera delicada de alimentar eso.

Sus tratamientos eran brutales, como lo son nuestros primitivos tratamientos médicos. Cirugías, quimioterapia y radiación, hormonas y menopausia temprana nunca alteraron la esencia femenina que era mi amor. El dolor de semejantes tratamientos nunca trajo una mueca de descontento, y con el nacimiento de nuestros hijos ella resplandecía de maternidad, energía femenina y profundo amor.

A todos les conmovía su belleza, tanto la de dentro como la de fuera. Cuando nos enteramos de que tenía metástasis en el tejido óseo, a los siete meses más o menos del nacimiento de nuestros gemelos, ella se disculpó. No era en ella en quien pensaba en ese momento, era en mí y en los tres chicos. Y entonces se levantó, se recompuso, ¡y puso a funcionar la válvula del amor!

Que le extirparan el otro pecho le dolió un poco. Era lo que ella sentía sobre lo que significaba ser mujer, y le quitaron era, aunque para mí nunca fue tan mujer como en aquel tiempo del pos-operatorio. Cuando trajimos a los chicos para verla al día siguiente, levantó a sus hijos, uno a uno, hasta su pecho herido, y nunca hizo una mueva de dolor.

Su fortaleza está grabada en mi conciencia, su altruismo y su coraje son mi consuelo en este espacio que ahora ocupo, un espacio lleno de sus recuerdos, y todavía tanto camino que recorrer en mi vida. Vivió casi tres años más. ¡Oh cómo vivió! Con mi negocio y mi carrera hechos trizas y mi lucha por encontrarme a mí mismo, mi camino, mi dirección, ella calladamente mantenía un espacio para que yo creciera.

Alimentando mi alma con amor y aceptación y una guía firme, ¡nunca permitió que me saliera con la mía en nada! ¡Dios mío, cuánto la respeto por eso! Los últimos seis meses de su vida parecían eternos mientras yo vivía los momentos. Ahora anhelo otro momento en su presencia. Cómo la amaría si tuviera la oportunidad, qué precioso sería cada minuto, cada segundo, si yo pudiera estar en ese tiempo otra vez.

Los últimos meses y días de Pip fueron su mejor regalo para mí. Gradualmente, iba saliéndose de mi vida. Se acabaron las cenas exquisitas, me tocaba a mí cocinar y limpiar. “¿Quién recogerá esa ropa si la dejas ahí”?... su melodiosa voz resuena en lo profundo de mi cerebro. Tengo que hacer ahora las camas y lavar la ropa.

¡Qué alegremente hacía esas labores nuestras Pip! Ella me entrenó con su ser durante aquellos días, consolándome mientras yo la consolaba a ella. Nunca me sentí tan cerca de ella y sentí que era una bendición tener la oportunidad de servirla.

Después llegó el momento de llevarla a casa, de llevarla de regreso a Perth y a sus amigos y familia. Yo la miraba de reojo durante nuestro vuelo de cinco horas y el dolor era evidente. Un viaje tan arduo y ¡nadie sino yo sería testigo! Se manejó en su forma habitual, con absoluta dignidad e interés por los demás. Pip insistió en que la lleváramos al viaje planeado a Rottnest Island, a nadar en el cerúleo azul del Océano Indico, apreciando todavía la belleza y bendiciones de la vida, las cosas simples. Sus últimos días fueron un viaje de proporciones bíblicas, verdaderamente cuarenta días y cuarentas noches en el desierto. Su muerte vino cuando ella seleccionó su hora, a su manera. Cuando supo que todo iba a estar

bien, me dio el mayor regalo de todos. Estar con ella, compartiendo el espacio y cogidos de la mano cuando murió. Eran las 0:50 del 1º de enero. Dijo que quería aguantar para celebrar el Año Nuevo y lo hizo, exactamente. Todo el dolor de la vigilia, todo el miedo de hacerlo bien, de hacer lo suficiente y decir lo que tenía que decir: ¡Todo se fue con su espíritu! Suavemente, así como ella había vivido a lo largo de su vida, se marchó. Y me dejó, sin la menor duda, absolutamente claro quién soy y por qué estoy aquí. Su mejor regalo para mí fue LLEVARSE MI MIEDO CON ELLA.

Mis días ahora son diferentes, es verdad, ¡aunque ella nunca está lejos! A nuestros hijos les está resultando difícil: un amor como el de Pip no se reemplaza fácilmente. Todavía crecemos juntos, con los regalos de su vida como una flor de Loto que se abre lentamente, pétalo a pétalo, mientras las formas de nuestras vidas se van haciendo, alimentadas por el amor de una mujer como ella.

Estas palabras a mi manera son para expresar mi tributo a mi amor, la madre de mis hijos, y a ti y a todos. Somos mejores porque ella estuvo aquí. No lamento un minuto y no le echo la culpa a nadie. Todos nosotros estamos en la posición de elegir en lo que respecta a nuestras vidas, cómo actuamos o reaccionamos le da el color a existencia existencia. Pip y yo elegimos nuestro amor y, duro como ha sido, me hadado mi vida. Elijo verlo desde el lado de la gratitud, no de la pérdida o el dolor.

Oh, sí, están presentes conmigo y son sentimientos absolutamente apropiados. Cuando pasas más allá del miedo te conectas con el Amor y con nuestra propia Divinidad y la unidad. El amor sana. Sana nuestras almas, sana nuestras relaciones y puede incluso sanar nuestro planeta. Mi mujer me dio este amor, y elijo compartirlo contigo.

El día del Año Nuevo cené con la familia, después fui a la casa de algunos amigos de ella para tomar mi copa. Me marché alrededor de las 23:40 y, mientras caminaba las pocas millas de vuelta a casa, Pip estaba conmigo. Sentí la energía de la creación y la posibilidad, mientras la gente celebraba en sus patios, con fuegos artificiales, y la voz angelical de Pip en mi cabeza decía “…y tenías razón, justo como sabías que sería”. Lo que quiso decir con eso era que ella estaba con Dios, participando de una conciencia colectiva y una vez más en el centro de la creación. Lloré.

No hay víctimas ni hay villanos en el mundo. Este es un ejemplo extraordinario, un maravilloso, impresionante ejemplo de cómo, cuando vives bien tu muerte, les das a los demás la posibilidad de vivir bien con su muerte.

Espero que cuando me muera pueda hacerlo tan agraciadamente como Pip. Haber tenido la conversación que estamos teniendo ahora marcará una gran diferencia. Saber que te estás muriendo porque eliges morir será de gran ayuda.

¿Todo el mundo se muere cuando elige morir? ¿Pip eligió morir cuando lo hizo? ¿Terri Schiavo se murió como quería morir*? (El 18 de marzo 2005, tras pasar 15 años en estado vegetativo. Ferry Schiavo, estadounidense, fue desconectada, por orden judicial, de la máquina de alimentación que la mantenía con vida. Su caso avivó en todo el mundo las discusiones alrededor de la eutanasia.)

Bueno, lo sabes con respeto a Pip, porque ella en realidad dijo cuándo eligió morir. Dijo que quería celebrar el Año Nuevo.

Sí, pero ¿quería contraer cáncer en esa etapa de la vida? ¿Quería realmente marcharse tan pronto? Aceptar algo así realmente les costaría mucho a su marido, a sus hijos y a los miembros de su familia. Preguntarían, con profunda tristeza, estoy seguro. ¿Por qué Pip quiere dejarnos así?

Tengo una respuesta que puede conmocionarte. ¿Cuál es? Más tarde. Debemos hablar sobre ello más tarde. Hay mucho trabajo preliminar que hacer antes. Después la respuesta no te va a conmocionar tanto.

Bueno, cualquiera que sea la respuesta, estoy seguro de que los miembros de la familia de Terri Schiavo tienen la misma pregunta. Ellos, también, estoy segurísimo, rechazarían de plano esta noción de “elección previa” en el tema del cuándo y el cómo de la muerte de uno. No, no la mayoría de la gente diría: “Esa no es mi experiencia. Y ésa no fue la experiencia de Pip o Terri tampoco”.

Sé que dijiste antes que las almas dejan su cuerpo sólo cuando su trabajo está completo y que esto, por lo tanto, debería ser una ocasión para celebrar, pero que un alma deje su cuerpo puede sin embargo ser algo muy triste para la gente que quedó en el universo físico, y decirle a esa gente que su ser querido en realidad eligió marcharse podría sonar como si esa persona ya no quisiera estar con ellos, y… bueno, eso podría doler mucho, me parece a mí.

Conozco a una mujer cuyo marido se murió cuando ella era muy joven. La mujer acarreó la tristeza de su pérdida durante muchos años. Pero la pérdida de su padre, y de hecho hasta el día de hoy sigue enfadada con él por haberse marchado. No entiende por qué su padre haría eso y, si yo le digo ahora que ningún alma deja el cuerpo si no quiere, y que cada alma causa su propia muerte y en realidad quiere morir en ese momento, la haría sufrir aún más.

A menos que entendiese que pude que él no supiera conscientemente lo que quería. Esa no es la respuesta sorprendentemente que te voy a revelar más tarde, pero es importante ahora considerar esto como una posibilidad.

No entiendo. ¿A qué te refieres cuando dices que puede que su padre no supiera conscientemente lo que quería? Pensé que me estabas diciendo que todo el mundo es la causa de su propia muerte y que nadie muere contra su voluntad.

Quizás te ayude comprender que los seres humanos crean, y también “saben lo que saben”, en tres Niveles de Experiencia: subconsciente, consciente y superconsciente. Recuerda que dije que, cuando mueres, es imposible no estar Completo, pero es posible no darse cuenta plenamente de esto. Un alma puede saber a nivel superconsciente que está Completa para esta vida, pero no “darse cuenta” de eso a nivel subconsciente o consciente.

Estos tres niveles de conciencia se mencionaron en un diálogo anterior que tuvimos que se convirtió en Amistad Con Dios. Encuentro esta idea absolutamente fascinante.

En esta tesitura es más que fascinante. Es importante que se entienda, para que tus preguntas puedan responderse.

Entonces veámoslo otra vez. ¿Cuáles son los tres niveles de experiencia?

El subconsciente es el lugar de la experiencia en el que no conoces, o creas conscientemente, tu realidad. Lo haces “subconscientemente”, es decir, dándote muy poca cuenta siquiera de que estás haciendo esto, mucho menos de por qué. Este no es un nivel “malo” de experiencia, así que no lo juzgues. Es un regalo, porque te permite hacer cosas automáticamente.

¿Cómo qué? ¿Qué quieres decir con “hacer cosas automáticamente”?

Funciones tales como el crecimiento de tu pelo, el parpadeo de tus ojos o el latido de tu corazón son ejemplos de cosas que haces automáticamente. No te sientas a pensar: “Tengo que parpadear. Tengo que hacer que me crezcan las uñas”. Estas cosas ocurren –tu sistema corporal completo opera por sí mismo- sin instrucciones específica conscientes de tu parte.

El subconsciente también crea soluciones instantáneas a problemas. Verifica la información entrante, después va a su banco de memoria y sale con respuestas, una detrás de otra, a una miríada de situaciones, otra vez automáticamente. Si tocas una olla caliente, no tienes que pensar en retirar la mano. La sacas de golpe de ahí en una décima de segunda. Esta es una respuesta automatizada basada en información previa.

El subconsciente te puede salvar la vida. Sin embargo, si no te das cuenta de qué partes de tu vida has elegido crear automáticamente, podrías imaginarte a ti mismo como “efecto” de la vida, en vez de cómo su causa, como el que decide en el asunto. Podrías incluso crearte a ti mismo como una víctima. Por lo tanto, es importante que te des cuenta de aquello de lo cual has elegido no darte cuenta.

El nivel Consciente es el lugar de la experiencia en el que conoces, y creas, tu realidad dándote cierta cuenta de lo que estás haciendo. De cuánto de ello te das cuenta depende de tu “nivel de consciencia”. Este es el nivel físico.

Cuando estás comprometido con el camino espiritual, te mueves por la vida siempre buscando “elevar tu conciencia”, o aumentar la experiencia de tu realidad física para incluir y abarcar lo que sabes, a otro nivel, que es verdad sobre ti.

El Nivel Superconsciente es el lugar de la experiencia en el que conoces, y creas, tu realidad dándote cuanta completamente de lo que estás haciendo. Es el nivel del alma. La mayoría de ustedes no se dan cuenta a un nivel consciente de sus intenciones super-conscientes…, a menos que se den cuenta.

La superconsciencia es la parte de ti que contiene el plan mayor del alma, que es avanzar hasta la Completud en lo que viniste a experimentar y sentir en el cuerpo. La superconciencia te está guiando constantemente a tu siguiente experiencia más deseable de crecimiento, atrayéndote hacia la gente, los lugares y los acontecimientos exactos, correctos y perfectos con los que tenerla, para conseguir la combinación de Saber y Experiencia que producirá el Sentimiento, y crear la Conciencia de tu Verdadero Ser.

La última vez que hablamos de esto pregunté si había alguna forma de establecer la misma intención a nivel subconsciente, consciente y superconsciente al mismo tiempo.

Y la hay. Este nivel de conciencia que abarca a los otros tres se llama “supra-conciencia”. Algunos de ustedes lo llaman también Conciencia crística o conciencia elevada. Todos pueden ir a este lugar. Algunos lo hacen con la meditación, otros con la oración profunda, otros a través de los ritos o del baile o a través de una ceremonia sagrada… y otros a través del proceso que llaman muerte. Hay muchas formas de llegar allí.

Cuando estás en este lugar, eres plenamente creativo. Los tres niveles de conciencia se han vuelto uno. Se dice de ti que “juntaste todas la piezas”. Pero realmente es mucho más que eso, porque en esto, como en todas las cosas, el todo es más que la suma de las partes.

La superconciencia no es simplemente una combinación del subconciencia, del consciente y del superconsciente. Es lo que ocurre cuando se combinan los tres y después se los transciende. Entonces avanzas hasta el Ser puro. Este Ser es la Fuente de Creación Absoluta dentro de ti. Puedes experimentar esto antes de tu “muerte” o después.

Supongo que es así como crea un maestro viviente. Sí. Entonces, ¿puede un maestro llegar a sorprenderse alguna vez?

Para una persona que mantiene de forma continua una conciencia elevada, los afectos y resultados siempre son consecuencia de una intención y nunca son inesperados. El grado en que una experiencia parece ser inesperada es una indicación directa del nivel de consciencia en el que esa experiencia está siendo percibida.

Recuerda lo que dije: la percepción crea la experiencia. El que busca la maestría es el que siempre está de acuerdo con la experiencia que está teniendo, aun cuando esa experiencia “no parezca” favorable, porque el que busca la maestría sabe que debe haber tenido la intención de que así fuera en algún nivel. Ese “saber” es lo que hace posible que alguien esté absolutamente sereno y tranquilo durante circunstancias que a otro le podrían resultar muy estresantes.

Lo que el que busca la maestría puede no ver siempre es el nivel de conciencia en el que se tuvo la intención de que se diera esa experiencia. Sin embargo, el que busca la maestría no tiene la menor duda de que en cierto nivel es responsable de ella. Es precisamente este conocimiento lo que lo coloca en el camino hacia la maestría.

Anteriormente preguntaste si Pip quería morir, si ella lo causó, y te respondí: “No a nivel consciente”. Ahora sabes lo que quiero decir con esa declaración. Todas las decisiones que afectan al alma humana son tomadas por esa alma en uno o más de los tres niveles de conciencia, o en el cuarto nivel, el nivel supra-consciente.

Pip eligió el período de su vida en el que iba a dejar su cuerpo, como hacen todas las almas. En su caso esta decisión no se hizo a nivel consciente. Entonces, habiendo tomado esa decisión más grande super-conscientemente, Pip conscientemente eligió el día y hora exactos para su partida: momentos después de la medianoche del 1º de enero, justo después de celebrar el Año Nuevo. Puedes saber que esta decisión se hizo a nivel consciente porque lo anunció de antemano. Se daba cuenta plenamente de lo que estaba eligiendo y lo creó.

Tal vez algo parecido fuera cierto con respecto a Terri Shiavo. Quizás no eligió conscientemente los primeros acontecimientos de su vida, pero puede ser que las cosas cambiaran cuando, después de esos acontecimientos iniciales, se dijo que Terri “había perdido la conciencia”.

Puede ser que Terri no hubiera “perdido” la conciencia en absoluto. Puede ser que cambiara su conciencia. Puede ser que se “encontrara” en un nivel diferente de conciencia: primero, en nivel superconsciente, donde se volvió plenamente consciente de lo que estaba creando y por qué, y después, finalmente, en nivel supraconsciente, donde, habiendo completado lo que vino aquí a completar, alcanzó Conciencia Absoluta de su unidad intrínseca con lo Divino.

Creo que Terri Schiavo usó su vida para invitar a la gente del mundo a avanzar a un nuevo nivel de investigación sobre los temas de la vida, y la muerte, el alma y Dios, y sobre qué acciones son beneficiosas para la humanidad en un caso como el suyo.

Creo que Terri Schiavo, a nivel espiritual, nunca, nunca fue una víctima de su circunstancia. Creo que durante esos años finales ella sabía exactamente qué estaba pasando, y dejó que le pasara lo que le pasó para llamar la atención global sobre sí misma para el bien de la humanidad. Creo que Jesús hizo exactamente lo mismo. ¿Tengo razón sobre Terri?

Sería profundamente entrometido e inapropiado que yo revelara el funcionamiento interior de la superconciencia o supra-conciencia de la mente de esta persona. Esto, sin embargo, puedo decir, y lo he dicho muchas. Muchas veces antes, sobre todos los seres humanos. No hay víctimas ni hay villanos en el mundo.

Bueno, es la tercera o cuarta vez en esta conversación que haces esa declaración, pero lo he dicho antes y diré otra vez: la idea de que nadie sea una víctima es a veces emocionalmente difícil de aceptar para la sea una víctima es a veces emocionalmente difícil de aceptar para la gente.

Antes hiciste la observación de que es porque la mayoría de la gente mira las situaciones de la vida desde la muy limitada perspectiva del entendimiento humano normal, pero ¿Cómo podemos esperar aumentar ese entendimiento humano normal, pero ¿Cómo podemos esperar aumentar ese entendimiento lo que buscamos elevar nuestra propia consciencia de la humanidad?

Háblale a la humanidad sobre la Herramientas de la Creación: Pensamientos, Palabras y Acción. Estos son los mecanismo con los que creas tu microrrealidad. Estas herramientas son perfectas. Son magníficamente efectivas.

Lo que piensas, lo que dices y lo que haces crea la experiencia de lo que llamas tú y las condiciones y circunstancias de tu vida. Es como dije antes: Si crees que eres una víctima, dices que eres una víctima y actúas como si fueras una víctima, te experimentarás a ti mismo como una víctima, a pesar del hecho de que no lo seas.

Lo mismo será cierto cuando decidas etiquetar la experiencia de los demás. Si piensas que otro es una víctima, dices que otro es una víctima y actúas como si el otro fuera una víctima, experimentarás a ese otro como una víctima, a pesar del hecho de que no lo sea.

¿Experimentarás tú que Terri Schiavo fue una “víctima”? No. Es imposible ser una víctima de las circunstancias que creas. Siempre recuerda eso. Es imposible ser una víctima de las circunstancias que creas.

Por lo tanto, para ser una víctima de las circunstancias, debes jurar que no las creaste. Esto es una mentira sobre ti. Tú creas todas las circunstancias de tu vida. Si las creas a nivel consciente, te darás cuenta de ello. Si las creas a nivel subconsciente o superconsciente, puede que no. Tú habrás creado las circunstancias, sin embargo.

Todos los maestros saben esto, por eso ningún maestro nunca señala a nadie con el dedo y le dice: “Tú me hiciste esto”. Sin embargo puedes experimentar cualquier cosa que elijas. Puedas experimentar que has venido a saber quién eres como resultado de tu vida en el reino espiritual antes de tu nacimiento, o puedes experimentar algo diferente de eso, algo menos que eso. En esto, como en todo lo demás, tienes libre albedrío.

Esto me lleva sin embargo a otra pregunta. ¿Hay conciencia antes del nacimiento? Según lo que estás diciendo aquí, parece que la respuesta es así. Entonces, ¿somos “conscientes” de nosotros mismos antes de “nacer”?

OH, Sí. Muchas antes. El “tú” que es “tú” se ha “dado cuenta” de sí mismo desde siempre. Hablaremos más sobre esto más tarde, cuando exploremos con más profundidad este asunto del nacimiento. De momento, simplemente sabe que “tú” has sido siempre… eres ahora… y serás siempre. Cuando naces, simplemente te desintegras.

¿Me qué? Te desintegras. Dejas de estar integrado. Dejas de ser Singular y te diviertes en tres partes: cuerpo, mente y espíritu. O lo que también podrías llamarse subconsciente, consciente y superconsciente.

Oh, así que ésa es la correlación. Sí, más o menos. En un sentido amplio, sí. No es una correlación exacta, de precisión, pero da una idea general. En esta santa trinidad –Dios en tres partes- tu mente es el lugar donde tiene lugar tu actividad consciente.

Por lo tanto, piensa sólo lo que eliges experimentar, di sólo lo que eliges hacer real, y usa tu mente para dirigir sólo lo que eliges hacer real, y usa tu mente para dirigir conscientemente a tu cuerpo para que haga sólo lo que eliges manifestar como tu realidad más alta. Así es como creas a nivel consciente.

Examina esto cuidadosamente. ¿No es lo que ha hecho todo maestro? ¿Algún maestro ha hecho algo más? No. En una palabra, no. Todos deciden (son causa) con relación a cada Cosa que pasa en su vida… La muerte incluida.

Eso es maravilloso. Está maravillosamente expresado. Gracias, Y ahora me gustaría regresar a algo, si puedo. Algo un poco perturbador. Por favor.

Cuando me dijiste muy al principio de esta conversación que todos nosotros somos la causa de nuestra muerte, lo primero que se me vino a la cabeza fue que, si esta declaración es verdad, entonces cada muerte es, por definición, un suicidio. He estado pensando en eso desde entonces.

Eso no es exacto. El hecho de que todos sean causa de la terminación de su propia consciente hacer eso. Tampoco implica que estén haciendo eso para vida no significa que estén escogiendo deliberadamente a un nivel escaparse de cierta condición o circunstancia. Causar algo y elegirlo conscientemente pueden ser dos cosas enteramente diferentes.

¿Qué? No lo entiendo. Tú puedes ser la causa de un accidente pero eso no significa que tú conscientemente lo hayas elegido. Ah. Veo lo que quieres decir. Así que tengamos claro lo que se está comunicando aquí. Todos deciden (son causa) en relación a cada cosa que pasa en su vida…la muerte incluida. La mayoría de la gente no se da cuenta conscientemente de esto.

Pero si una persona se da cuenta conscientemente de esto –y, por cierto, este diálogo está haciendo que la gente se dé cuenta conscientemente de ello-, entonces, ¿no significaría eso que, cuando una persona se muere, esa persona está suicidándose? Quiero decir, toda la gente, según este razonamiento, decide en el tema de terminar su vida, ¿no? ¿Se me escapa algo?

Dos condiciones deben existir para poder clasificar una muerte como suicidio.

1) Debes darte cuenta de lo que estás haciendo, o sea debes estar eligiendo conscientemente morir.

2) Debes estar eligiendo morir con el propósito de escaparte de tu vida, en vez de completarla. Un propósito de esta conversación es ayudarte a ponerte en contacto con lo sagrado de tu vida física; ayudarte a llegar a entender que la vida en el cuerpo es un regalo de proporciones inenarrables.

Dije anteriormente que la muerte es un poderoso momento de creación, y lo es. Pero está diseñada para ir a algo, no para escaparte de algo.

Hay tanto dolor asociado con el suicidio que casi no quería traer a colación este tema. Ese dolor lo siente primero, por supuesto, la persona que está pasando por la turbulencia emocional que la llevó a la decisión de acabar con su vida, y después la familia y los amigos de esa persona. ¿Puede haber algún lugar de consuelo en todo esto… para alguno de ellos?

El consuelo puede venir de saber que la persona que se ha suicidado está bien. Está bien. Dios la ama y nunca la deja desamparada. Simplemente no habrá alcanzado lo que se suponía que hiciera. Eso es importante que lo entiendas cualquiera que esté contemplando el suicidio.

¿Estás diciendo que los que se suicidan no se reciben ningún tipo de castigo? No hay cosa tal como “castigo” en lo que llamas el Más Allá. Son los que quedan los que reciben el castigo.

Experimentan una increíble conmoción, de la que algunos jamás se recuperan completamente. Todos sienten una enorme pérdida. Muchos se pasan el resto de su vida echándose la culpa. Se preguntan qué hicieron mal, se atormentan pensando qué podría haber dicho que pudiera haber cambiado las cosas.

Lo triste es que los que acaban con su propia vida imaginan que ellos van cambiar las cosas, y no las cambian. Acabar con tu vida para escapar de algo no crea una situación en la que te escapes de nada. Si estás pensando en acabar con tu vida para evitar algo, deberías saber, lo digo otra vez, que estás considerando algo que no puedes hacer.

Un deseo de evitar lo que es doloroso es normal. Es todo parte del baile humano. Sin embargo, en este momento en particular de ese baile una persona está tratando de alejarse de algo que el alma ha venido al cuerpo a experimentar, no a rehuir.

Como la persona encuentra que la experiencia es dolorosa y difícil, busca entrar en un vacío, donde no haya nada que enfrentar ni nada que temer. Pero la gente no puede entrar en un vacío, porque no hay vacío en el que entrar. El Vacío No Existe. No hay ningún vacío en ningún lugar del Universo. En ningún lugar en absoluto. No hay “un lugar donde no haya nada” Adondequiera que vayas, el espacio está lleno de algo.

¿Qué es? ¿De qué está lleno el espacio? De tus propias creaciones. Harás frente a tus creaciones allá adondequiera que vayas, y no puedes escaparte de ellas, ni tampoco deseas hacerlo, porque has creado tus creaciones para re-crearte a ti mismo. No te resultará beneficioso, por lo tanto, intentar esquivarlas o bailar a su alrededor. Bailar tu camino al vacío no se puede hacer. Dicho de otro modo: un Baile de Vacío no es posible.

Eso es muy ingenioso. Es un juego de palabras muy ingenioso. Uso las palabras de esta forma a menudo, para que puedas recordar siempre y fácilmente el mensaje que buscan transmitir. Bueno, siempre me voy a acordar de eso: “Un baile del Vacío no es posible”. No, porque continuarás viviendo con aquello con lo que te mueres.

Esa es una declaración muy fuerte. Esa era mi intención. Discúlpame por volver a esto, discúlpame por decir esto ahora, aquí mismo, cuando estamos hablando sobre el acabar uno mismo con su vida, pero antes dijiste que la muerte era maravillosa. ¿Por qué no debería alguien cuya vida es terrible desear la muerte si es tan maravillosa?

Lo que llamas “muerte” es maravilloso, pero no es más maravilloso que la vida. De hecho, la “muerte” es vida, que simplemente continua de otra forma. Quiero que tengas esto muy claro. Te encontrarás a ti mismo al otro lado de la muerte, y todo lo que te llevaste contigo estará todavía allí. Entonces harás la cosa más irónica. Te darás a ti mismo otra vida física para lidiar con aquello con lo que no lidiaste en la última que tuviste.

¿Volveré a la vida física? ¿No puedo resolver las cosas en el reino espiritual, no físico? No, porque el propósito de la vida física es proporcionarte un contexto dentro del cual puedas experimentar lo que, en el mundo espiritual, eliges experimentar.

Y por eso cuando dejas la vida física no te escapas de nada, sino que simplemente te colocarás de vuelta otra vez dentro de la vida física, y dentro de la situación de la que estabas intentando escaparte… con la única diferencia de que ahora estarás de nuevo en el principio.

No percibirás esto como un “castigo” o una “obligación” o una “carga”, porque harás esto por propia voluntad, entendiendo que es parte de un proceso de autocreación, para el cual existes.

Entonces, del mismo modo podríamos ahora mismo lidiar con aquello con lo que estamos lidiando.

En realidad, para eso es la vida. Cuando la vida se usa de esa manera, mueres cuando estás listo para usar la muerte como una herramienta con la que crear una vida nueva y diferente. El suicidio es el uso de la muerte para escapar, pero crea la misma vida de nuevo otra vez, con los mismos desafíos y experiencias.

Nunca lo había oído explicado de ese modo. Eso dice mucho. Sí. Entonces, puedes usar la muerte como una herramienta para escapar o para crear. Lo primero es imposible, lo segundo es increíble.

Pero ¿no hay un poco de juicio en eso? ¿No parece eso sugerir que el suicidio está “mal”? Quiero decir, yo creía que Dios no hacía juicios.

No hay nada “incorrecto” o “malo” en crear los mismos desafíos, y experiencias d vida de nuevo otra vez. Si deseas encarar los mismos desafíos una y otra vez, ve y hazlo. En esto, como en todo, puedes hacer lo que quieras.

Simplemente es importante saber, si piensas que vas a escaparte de estos desafíos, que no va a ser así. Te vas a encontrar con ellos cara a cara otra vez. Y, por supuesto, esto puede resultar un poco repetitivo.

Lo que a mucha gente le hace sentir que simplemente ya no quiere confrontar más con sus desafíos presentes es la idea de que tiene que hacerles frente sola. Este es un pensamiento falso, pero muchos lo sostienen.

La soledad es la mayor aflicción del mundo de hoy. La soledad emocional, física y espiritual –el sentimiento de estar aislado o herido o apesadumbrado de un modo que nadie entiende y de carecer de recursos- es una fórmula para la desesperanza.

Es ante una desesperanza infinita cuando, por último, nada parece importar excepto escaparse. Sin embargo, no puedes escaparte y no te escaparás, sino que meramente repetirás desde el principio lo que estás tratando de evitar.

Es por eso por lo que vengo a decirte que no carecen de recursos, ninguno de ustedes, y te pido que anuncies esto a todo el mundo. No tienen sino que llamarme a mí con absoluta certeza de que estaré ahí. No tienen más que extender el brazo hacia mí con fe absoluta, para ver que yo extiendo el mío hacia ustedes.

¿Puedo hacerte una pregunta que puede parecer un poco incómoda? Seguro. ¿Por qué tenemos que ir hacia Ti antes de que tú vengas hacia nosotros? Si realmente eres un Dios omnisciente, entonces debes saber cuándo necesitamos ayuda.

Si realmente eres un Dios misericordioso, entonces debes estar dispuesto a ofrecer esa ayuda, sin que nosotros te la pidamos. Si ya estamos de rodilla, partidos en dos en absoluta derrota ¿Por qué debemos arrastrarnos aún más y suplicarte que nos rescates?

Si eres un Dios que es todo amor, ¿por qué no nos amas lo suficiente como para ayudarnos sin que tengamos nosotros que rogártelo? Y, ya que estamos en esto, ¿Qué les respondes a los que podrían decirte: “Te he llamado, y no estabas allí”

¿Crees que no he pedido la ayuda de Dios? Por Dios, ¡¿por qué crees que estoy tan desesperado?! ¡Estoy tan desesperado porque parece incluso que Dios me ha dejado en la estacada! Estoy completamente solo aquí. Y no quiero nada más. Se acabó. Terminé. Ya está. ¿Qué le dices a esa persona?, ¿Eh?

Le digo: Quiero que consideres ahora la posibilidad de un milagro. Hay una razón por la que no has experimentado recibir una solución de mí, pero esa razón no es importante en este momento. Lo que es importante en este momento es que tú consideres la posibilidad de que ahora, justo ahora delante de ti, hay una respuesta. Abre los ojos y la verás. Abre tu mente y la conocerás. Abre tu corazón y la sentirás que está ahí.

Le digo: Sólo si me llamas con absoluta certeza serás consciente de que se te ha dado tu respuesta. Porque es lo que tú sabes, lo que tu sientes, y lo que tú declaras que será verdad en tú experiencia. Si me llamas con desesperanza, estaré ahí, pero tu desesperación puede cegarte e impedirte verme.

Le digo: Nada de lo que has hecho es tan horrible, nada de lo que a ti te ha sucedido es tan irreparable, que no pueda ser sanado. Puedo hacerte y te haré entero otra vez. Sin embargo, debes dejar de juzgarte a ti mismo. El que hace el juicio más fuerte eres tú. Los otros pueden juzgarte desde fuera, pero no te conocen, no te ven, y por eso sus juicio no son válidos.

No los hagan válidos al aceptarlos como si fueran suyos. No significan nada. No esperen que los otros te vean como eres realmente, porque te ven a través de los ojos de su propio dolor. Sabe, en vez de eso, que yo te veo ahora, en asombro y en verdad, y eso que veo de ti es Perfecto. Cuando te miro, sólo pienso una cosa: “Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección”.

Le digo: El perdón no es necesario en el Reino de Dios. A Dios no se le puede ofender ni dañar de ninguna manera. Sólo hay una pregunta de importancia en el Universo Entero y no tiene nada que ver con tu culpabilidad o tu inocencia. Tiene que ver con tu identidad. ¿Sabes quién eres realmente? Cuando lo sabes, todos los pensamientos de soledad desaparecen, las ideas de no merecer nada se evaporan, las consideraciones de desesperanza se transmuta en conciencia maravillosa del milagro que es tu vida. Y del milagro que eres tú.

Y finalmente, Hijo mío muy querido, digo: Estás rodeado en este mismo momento por cien mil ángeles. Acepta, ahora, su ministerio. Y después pásales sus regalos a otros, porque en el dar recibirás, en el sanar serás sanado. El milagro que estabas esperando te ha estado esperando a ti. Sabrás esto cuando te conviertas en el milagro que otro espera.

Ve entonces y realiza tus milagros, y permite que tu muerte sea el momento de tu mayor gloria, no un anuncio de tu mayor pesar. Usa la muerte como una herramienta con la que crear, no con la que destruir, con la que moverse hacia delante, no con la que ir hacia atrás.

Con esta elección habrás honrado a la Vida misma y permitido que la Vida te lleve a tu sueño más grandioso, incluso mientras estás viviendo con tu cuerpo físico: paz dentro de tu alma por fin.

Gracias. Gracias por esas palabras. Espero y rezo para que sean oídas por todos aquellos que están sufriendo. Necesito hacerte una pregunta más sobre todo esto. ¿Qué pasa cuando una persona le pide a otra –a un doctor o a un ser querido- que la ayude a poner fin a su vida?

Estas hablando de la eutanasia, que es algo completamente diferente. Esto sucede cuando una persona se da cuenta de que su vida está ya acabada en todo sentido y que no queda nada que experimentar sino dolor físico incesante o pérdida total de la dignidad en el proceso de la muerte. La eutanasia no se puede equiparar con el suicidio. La gente que está pensando en el suicidio en la mitad de una vida por lo demás razonablemente saludable y activa, está tomando un tipo de decisión muy particular.

La gente que termina una vida que está muy cerca de terminar en cualquier caso, señalándolo todo tipo de evidencia médica, está tomando un tipo de decisión enteramente diferente. Aquello que ven claramente, a través de toda la evidencia médica, que su vida física está completamente acabada pueden elegir preguntar: “¿Es necesario sufrir este dolor e indignidad finales?”.

Cada alma tendrá una respuesta que se correcta para ella y ningún alma contestará a la pregunta en forma incorrecta, porque no hay algo semejante a una respuesta “incorrecta”.

Veo claramente la diferencia y creo que cualquier persona razonable la ve también. Eres diferente de Dios, pero no estás dividido de Dios. Es por eso por lo que nunca puedes morir. Ahora déjame volver a otra cosa más, por favor. Dijiste antes que ibas a describir ciertos principios espirituales básicos de la vida que nos harían entender más fácilmente la vida en sí misma, y la muerte. Y aunque desde entonces has mencionado varios, ¿hay uno en especial, un principio básico de la vida que pueda en un momento abrir de par en par la puerta que conduce a una comprensión más profunda? Sí. Y es el…

SEXTO RECUERDO

CONTINUARA…..

No hay comentarios: