6 de enero de 2010

LOS MANUSCRITOS DE GEENOM (II) - Parte 7

6 de enero, 2010

VII. CONTACTO CON EL ARCHIVO ETERNO. EL ARQUITECTO DEL COSMOS: LA MENTE

Una energía poderosa invade el Cosmos. Gracias a ella, el impulso creador de esa otra energía, aún más potente, que llamamos Dios, ha podido concretarse en todo lo que existe, visible e invisible. Es conocida como energía mental.

Hasta hoy, los esfuerzos dirigidos a establecer la edad del universo, la causa de su origen y su futuro, sólo se han apoyado en su parte más visible: la material. Las energías que se han ido detectando y usando, como los rayos X, las ondas de radio o televisión, el espectro luminoso, los rayos gamma, etc., se han podido descubrir gracias a la incidencia sobre la materia. El descubrimiento del cuerpo astral, gracias al matrimonio Kirlian, sólo ha servido, de momento, para confirmar por un lado, teorías orientales que afirmaban su existencia y, por otro lado, para especular sobre su posible origen o función, desechando cualquier aplicación biológica y médica, hasta que no se sepa, “a ciencia cierta”, lo que es.

Con respecto a la energía que genera nuestra mente, se ha podido clasificar, gracias al electroencefalograma, en diferentes gradaciones según la situación mental en que se encuentre la persona a estudiar. Así, nos encontramos con un determinado tipo de ondas cuando el individuo está despierto y otras, más espaciadas y lentas a medida que su cerebro va pasando del estado de consciencia o vigilia, al de la inconsciencia del sueño profundo.

La psicología y la psiquiatría, ciencias que estudian la conducta humana, no entran en valoraciones de tipo biológico, salvo en el caso de tratar patologías. La neurobiología, por su parte, trata de desentrañar el misterio de las diferentes funciones del cerebro humano y su relación con el resto de organismo, pero aún siendo una ciencia muy joven ya, sin embargo, adolece de ciertos prejuicios heredados de la medicina tradicional, sobre todo a la hora de considerar las funciones de algunos órganos y glándulas relacionados con el cerebro.
Una investigación en profundidad, libre de prejuicios, sobre la estructura cerebral, incorporando ele-mentos hasta ahora considerados como de ciencia ficción, mágicos, imposibles o utópicos como, por ejemplo, la doble función endocrina y psíquica de las glándulas pineal y pituitaria, así como del tálamo e hipotálamo, nos llevaría a descubrir otro tipo de energías, mucho más sutiles, que son en realidad las verdaderas constructoras del universo, tanto visible como invisible y que, evidentemente, no pueden ser detectadas por instrumentos como los que disponemos actualmente. Estos instrumentos están diseñados para explorar nuestra actual capacidad mental. Se nos supone un 10%, pero ¿qué pasa con el otro 90%?, ¿no se utiliza o es que no somos capaces, con nuestra actual tecnología, de detectar su funcionamiento?.

Seguramente, la respuesta a estos interrogantes tarde tiempo en llegar hasta nosotros. Seguramente también, la clave que no den estas respuestas esté en ese 90% que, dicen los científicos, no utilizamos. Pero, si realmente no lo utilizamos ¿por qué el Cosmos iba a poner en nuestras manos un Fórmula-1, si no podemos andar con él más que por calles donde el límite de velocidad está situado en el 10% de su capacidad?. ¿No será que, cuando no está el “guardia” de la consciencia, sí, ponemos el coche a toda potencia y nos lanzamos por ese circuito tan diferente que llamamos sueños?.

Acael, casi al comienzo de constituido el grupo, nos dijo la siguiente frase:

NO HAY EVOLUCIÓN SIN CONSCIENCIA

Esta frase, repetida en algunos pasajes de este libro, fue uno de los primeros axiomas que empezamos a manejar. La trascendencia de la misma no es fácil de percibir hasta que no se hace evidente a través de las experiencias que la vida va poniendo en nuestro camino. Así pues, la consciencia, “el darse cuenta”, es la clave para la evolución. Sin embargo, la consciencia no está presente durante todas las horas del día y, cuando lo está, generalmente no capta adecuadamente lo que sucede a su alrededor tratándose, por tanto, de una facultad poco desarrollada o poco comprendida.

En los manuscritos que recibimos del abuelo encontramos una excelente referencia al mundo de la mente y a su relación con el cerebro:

El impulso creador de la energía llamada Dios, necesita de otra serie de energías menos sutiles que vayan concretando paulatinamente ese impulso. Así, nos encontramos, al menos, con tres tipos de energías que, de mayor a menor grado de sutiliza, serían: mental, astral o vital y material o materia propiamente dicha.

Es en el plano mental donde el impulso creador se convierte en ideas. Es esta energía la que da for-ma a todo lo creado, la que interrelaciona a los seres que pueblan el universo de una manera armónica, ecológica.

Cuando algunas vez escuchéis la frase: “el universo es mental”, estaréis escuchando una gran verdad. Algunas filosofías orientales de vuestro mundo, han interpretado esta aseveración en el sentido de que el mundo material es ilusorio y, por tanto, carente de interés para el que quiere evolucionar. Sin embargo, es a través del conocimiento y dominio del mundo material como el hombre de la Tierra podrá acceder a una etapa de superior evolución ya que, inevitablemente, todos los seres humanos estamos sujetos a la limitación que nos impone esa manifestación de Dios que llamamos materia. La meditación y la relajación pueden causar la impresión, de que uno se sustrae a esos límites, pero indefectiblemente tendremos que volver a ponernos el traje de vivir. Sólo el conocimiento de las leyes que rigen el mundo material nos llevará a superarlas.

Si tomáramos aisladamente a la energía mental, entenderíamos en toda su amplitud el concepto tantas veces repetido: “una inteligencia superior parece regular el orden del Universo”. Este concepto habla de inteligencia, es decir, una manifestación de la mente, una capacidad que permite interrelacionar conceptos aislados para llegar a uno solo, que integra en sí mismo la esencia de todos los demás.

Por otra parte, la energía mental necesita de otra menos sutil que permita que las ideas generadas tengan un componente vital y armónico. Esa energía es llamada astral, la cual, a su vez, necesita de la materia para poderse concretar en forma física.

Podría poneros un ejemplo ilustrativo de la interrelación energética que existe en el Cosmos.

Imaginad que el dueño de un terreno (Dios) quisiera edificar en él. Ese deseo lo recoge un arquitecto (Mente) que diseña los planos de una casa en función de su habitabilidad, de los materiales de que dispone, etc.. A continuación, pasa la información a los obreros (Astral) los cuales, siguiendo fielmente las instrucciones emanadas del arquitecto, dan forma a la casa (Materia). En cada ladrillo, en cada teja, en cada baldosa estará implícito desde el deseo de construir, hasta la energía puesta en su materialización. Todos son importantes, pues la casa no hubiera sido posible sin la intervención de cada uno de ellos. Todos podrían decir: “esa casa le he hecho yo” y sería verdad.

Así pues, una vez que hemos situado a la energía mental en el Cosmos y visto, aunque someramente, el papel que desempeña en la creación, analizaremos cual sería su estructura. Para ello, vamos a tomar al ser humano como objeto de nuestra reflexión, puesto que el ser humano lleva incorporados, en sí mismo, todas las características necesarias para hacer de él un ejemplo vivo de la manifestación del Cosmos.

Cómo toda energía, la mente se manifiesta a través de dos polaridades. En el caso de la Mente Suprema, ya os indiqué sus dos polaridades, es decir, el polo positivo o pensamiento eterno de la creación y el polo negativo o creación propiamente dicha. En el caso de la mente humana. El polo positivo estaría conformado por lo que se conoce como “CONCIENCIA” y el polo negativo por tres aspectos o manifestaciones que, de mayor a menor vibración, llamaríamos: “SUBCONSCIENTE, CONSCIENTES E INCONSCIENTE”, aunque ésta denominación no corresponda, necesariamente, con las que le asigna la psicología de vuestro planeta.

Para que dos planos de diferente nivel vibratorio se puedan relacionar es necesaria la existencia de un lazo o puente de unión que contenga, en sí mismo, características de cada uno de los niveles a relacionar. El nexo que une los planos espiritual y mental se encuentra en la Conciencia. Este aspecto de la mente lleva incorporada la “Ley Cósmica” que se manifiesta a través de la llamada “Voz de la Conciencia” la cual, cuando tomamos una decisión, nos hace llegar su veredicto en forma de sentimiento interno, de aprobación o desaprobación.

Por otra parte, también lleva incorporada aspectos energéticos mentales, por cuanto el veredicto de la Ley Cósmica se hace patente en forma de sentimiento que, generado en el subconsciente, llega hasta el consciente, provocando una reflexión sobre la consecuencia de nuestra decisión y también sobre el inconsciente, en forma de satisfacción o insatisfacción física. Quizás el aspecto más evidente de lo que acabo de mencionar sea precisamente la manifestación física. Cómo habréis notado, ante una decisión acertada que esté de acuerdo con la conciencia, el clásico “hormigueo” de satisfacción que se genera a la altura del plexo solar. Cuando la decisión va en contra de la conciencia, el hormigueo se convierte en presión, malestar y nerviosismo.

La conciencia, como nexo entre dos planos, no aplica los mismos parámetros a todos los seres humanos, al menos en lo que se refiere a su componente mental, puesto que, en lo relativo a la Ley Cósmica, sí es igual para todos. Este componente mental se adapta a las circunstancias de cada hombre, es decir, que los aspectos sociales, culturales, temporales, físicos, etc., son los que determinan que la Ley Cósmica, se interprete de una manera o de otra. Por poner un ejemplo, diría que lo que es reprobable para un hombre del mundo occidental terrestre, como es el apropiarse de algo perteneciente a otra persona, para un bosquimano no lo sería, ya que para él no existe lo tuyo y lo mío, sino lo de todos, por tanto su conciencia no le recriminaría su acción.

Por el contrario, la conciencia del bosquimano le recriminaría, por ejemplo, el no pedir perdón al animal que mata para alimentarse, mientras que a un occidental ni siquiera se le pasaría por la cabeza tal cosa, es más, la caza la conciben como un deporte cuya finalidad no tiene nada que ver con la supervivencia.

Cuenta la leyenda bíblica que Dios expulsó a nuestros primeros padres del Paraíso porque se atrevieron a comer de la fruta del árbol de la ciencia del bien y del mal. Una vez que comieron dicha fruta dijo Javeh Dios: “¡he aquí que le hombre ha venido a ser como uno de nosotros, en cuanto al conocimiento del bien y del mal. Ahora, cuidado, no alargue su mano y tome también del árbol de la vida y comiendo de él viva para siempre!”, Y expulsó a Adán y a Eva del Paraíso, poniendo delante de la entrada a querubines que les impidiesen volver.

He aquí un curioso aspecto del relato bíblico sobre el pecado original. Dejando aparte cuestiones tales como que Javeh parecía no estar solo, ya que sus exclamaciones estaban dirigidas a otros iguales a él, es posible establecer un paralelismo entre nuestros antepasados Neanderthales con Adán y Eva, antes de comer el fruto prohibido, y los hombres de Cromagnón u Homo Sapiens Sapiens, después de haberlo comido.

Al parecer la diferencia más significativa que podemos encontrar entre los hombres de Neanderthal y el hombre actual, es su capacidad para tomar decisiones, es decir, para utilizar el libre albedrío. De hecho, hubo un cambio sustancial en el comportamiento de los seres humanos que, a raíz de la llamada Revolución Neolítica, pasaron de ser nómadas, recolectores y cazadores a ser sedentarios, agricultores y ganaderos, lo cual implica unos procesos mentales más evolucionados, a la par que unos hábitos de vida radicalmente distintos surgidos por la necesidad de sobrevivir en un mundo hostil, donde los recursos alimenticios eran escasos.

Así pues, probablemente lo que el relato bíblico parece indicarnos es que, en un momento determinado de la historia del hombre, éste adquiere la capacidad de tomar decisiones sobre sí mismo y sobre su entorno, incorporando en su mente el libre albedrío, o por decirlo de otra forma, establece una conexión entre su mente y su propia divinidad o espíritu. Por consiguiente, es expulsado del paraíso de la inconsciencia para entrar en el de la consciencia. A partir de ese momento el hombre tendrá que “ganar el pan con el sudor de su frente”, tendrá que alimentar su espíritu con el esfuerzo de su mente.

La leyenda bíblica, así como la interpretación dada, nos hacen patente un hecho: somos seres conscientes y, por lo tanto, tenemos un objetivo, cual es el de ampliar nuestra consciencia hasta llegar a ser lo que, aparentemente, no quería Javeh, es decir, uno de ellos, cosa a la irremediablemente estamos abocados.

El cuerpo mental consciente nos comunica con el exterior, produce los razonamientos lógicos y durante los momentos de vigilia nos hace reflexionar, tanto sobre lo divino como sobre lo humano. En él se encuentra el libre albedrío, dispositivo sutil que manejamos a la hora de tomar decisiones. A él afluyen los impulsos provenientes del subconsciente en forma de Voz de la Experiencia y “VOZ DE LA CONCIENCIA”, aunque las trabas y filtros que os han puesto en medio, tanto la educación como las normas sociales entre otros, hagan que, en ocasiones, os cueste escuchar esas voces.

El hombre, que tiene la capacidad de elegir entre el bien y el mal, debe ir paulatinamente ampliando esa consciencia. Deberá ser consciente de cuales son los mecanismos de funcionamiento del Universo creado, cuál es su estructura material, las energías que lo movilizan y vitalizan, cuál es su papel como parte del mecanismo cósmico y la razón por la que nace y muere una y mil veces. Sólo ampliando el consciente, su capacidad de decisión se verá ampliada, pues en lugar de utilizar media docena de parámetros, como es habitual entre vosotros, llegará a manejar prácticamente todos. En ese momento, sus decisiones habrán transcendido de los conceptos de Bien y Mal, es decir, serán siempre acertadas. En ese momento, también, habrá superado la necesidad de reencarnarse, puesto que ya no tendrá que volver a nacer para corregir errores.

El consciente es la herramienta que el Padre Cosmos nos ha dado; los “talentos” de la parábola del Maestro Jesús. Aquel que la desarrolla tendrá, con cada nueva existencia, más y mejores oportunidades para evolucionar. Por el contrario, aquél que la entierre, aquél que por miedo no tome decisiones, que se confor-me con lo que sabe, haciendo caso a ese refrán tan vuestro: "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, ése estará haciendo fracasar su proyecto de vida, porque la vida es una escuela a la que se viene a aprender y sólo se aprende probando, ejercitando el libre albedrío y poniendo en marcha el motor de la curiosidad, que es el que hace avanzar a los hombres de cualquier lugar del universo. En definitiva, haciendo trabajar a ese cuerpo mental, tan reprobado por las filosofías pasivas, que es el consciente.
La ubicación de la energía mental consciente sobre el cerebro se encuentra situada en la parte frontal e izquierda del mismo. Esto significa que las neuronas situadas en esas áreas están especializadas en la interrelación de parámetros diversos a partir de los cuales obtener una síntesis, lo que comúnmente se conoce como reflexión.

En la búsqueda del conocimiento el hombre, inicialmente, dirige sus esfuerzos a reconocer su propio cuerpo físico para, posteriormente, conocer el entorno en el que se desenvuelve. Así, desde que adquiere su libre albedrío, dirige sus pasos a averiguar las causas de sus enfermedades y los remedios para solucionarlas. Al principio, sus males eran relacionados con la voluntad de los dioses, pero gracias a la observación de la naturaleza, va reconociendo en las plantas propiedades curativas que, con el tiempo, se convertirán en la base de la farmacopea.

En cualquier caso, han tenido que pasar muchos años para que se empiece a relacionar mente y cuerpo. Hoy día, la medicina psico-somática (psico = mente; somática = relativa al organismo) está en auge, pues los médicos han podido observar que en un alto porcentaje de enfermedades hay una influencia directa de la mente. Evidentemente, a mayor nivel de vibración mayor será la influencia ejercida sobre el resto de los cuerpos. Por tanto, cualquier alteración en el cuerpo mental incidirá sobre el cuerpo etérico o astral y éste a su vez sobre la organización celular del cuerpo físico.

La energía que conforma el inconsciente es la que regula todo el funcionamiento biológico del organismo, desde el crecimiento del cabello hasta la más ínfima de sus funciones, permitiendo el desarrollo automático de muchos procesos, como la respiración, los latidos del corazón, los parpadeos, la producción de hormonas y diferentes sustancias químicas, la digestión, etc., etc.,

No obstante, la acción de ese cuerpo mental puede verse inferida por el consciente. Hay algunos terrestres que, con entrenamiento, consiguen reducir los latidos del corazón hasta límites cercanos a la muerte clínica. Sin embargo, hay otras formas más burdas de interferir, por ejemplo: cuando fumáis, bebéis alcohol, os drogáis o simplemente cuando no atendéis la higiene corporal.

Cada célula del organismo lleva impresa en su código genético la orden de supervivencia que emana directamente de la Fuente. Así pues, el inconsciente tiene como misión que esa orden cumpla. Para ello, siempre está preparado para responder a las agresiones que provienen del exterior y del interior. Del exte-rior, por cuanto lleva incorporado el sistema de reflejos, que le permite generar las sustancias químicas necesarias para que el cuerpo se encuentre en disposición de repeler la agresión: los músculos se tensan, la pupilas se dilatan, el corazón late más rápidamente enviando más oxígeno y glucosa a los músculos, la glándulas suprarrenales generan adrenalina para mantener la tensión, el cerebro interrelaciona todas sus áreas para obtener la información necesaria... Sólo el miedo provoca el colapso de estas acciones. El miedo es el resultado del desconocimiento, por tanto de un proceso derivado del consciente.

Cualquier alteración psicológica tiene su repercusión correspondiente en el organismo, bien en forma de dolores de cabeza, nerviosismo, stress, úlceras gástricas, infartos de miocardio... Con ello quiero decir que los causantes de nuestros males físicos somos exclusivamente nosotros y, por el contrario, la buena salud, la armonía física, el rechazo a los contagios y el aspecto saludable, son síntomas de unos equilibrados procesos mentales.

La energía mental de inconsciente se sitúa, a nivel físico, en la parte occipital del cerebro, en el cerebelo. Desde ahí controla todo el funcionamiento biológico a través del Sistema Nervioso Central y Periférico.

El cuerpo físico es el soporte que el Cosmos nos ha proporcionado para evolucionar. El receptor de la energía mental o cerebro es, al mismo tiempo, la conexión cósmica con la Fuente de donde todo emana.

La mente, como energía de alta vibración que es, no sólo se manifiesta a través de un órgano físico como el cerebro. Tal como vimos, su influencia se hace patente en todo el Universo visible y aún en el invisible, no olvidemos que los seres humanos desencarnados siguen siendo seres pensantes. Por lo tanto, la energía mental debe ser percibida como algo ajeno al cerebro, al cual utiliza como receptáculo en los seres que lo poseen.

El cuerpo mental más desconocido es el subconsciente. Sobre él centran sus investigaciones los psicoterapeutas, pues saben que ahí se encierran los secretos mejor guardados de la personalidad del hombre. Su influencia en la vida cotidiana es muy notable, dado que en sus recovecos almacenamos todas nuestras vivencias, conscientes o no, tanto de esta vida como de las anteriores, así como las percepciones que afluyen a nuestro cerebro en forma de pensamientos ajenos o como resultado de incursiones eventuales a los archivos akhásicos, durante viajes astrales, cuando dormimos.

El ir, poco a poco, descubriendo los misterios que encierra este cuerpo mental, es un reto que el hombre debe afrontar para conocer mejor su trayectoria anterior y plantearse más conscientemente su futuro.

El subconsciente es el cuerpo mental de más alta vibración después de la conciencia. Es el eje alrededor del cual gira la personalidad del hombre. El centro neurálgico donde se generan las emociones, los sentimientos y las pasiones, además de ser un núcleo de información fundamental para la toma de decisio-nes a través del libre albedrío.

La amplitud de este cuerpo mental es enorme. Ni la psiquiatría, ni la psicología de vuestro planeta han podido establecer cuales son sus límites, ni mucho menos sus potencialidades. Sin embargo, algunas teorías afirman que el subconsciente es el punto de conexión que el hombre tiene con los seres que generan la energía mental, de la misma manera que la conciencia es la conexión con el plano espiritual.

Al subconsciente aflora la información personal existente en el archivo akhásico. En este archivo se encuentra depositadas las experiencias vividas en anteriores existencias. En vuestro nivel evolutivo os llegan en forma de sensaciones cuando tenéis que tomar alguna decisión. Esas sensaciones, unidas a la memoria de las experiencias de la vida actual, es lo que conforman la voz de la experiencia.

Así pues, el libre albedrío se ve auxiliado por dos tipos de información: la Voz de la Conciencia y la Voz de la Experiencia, como ya os dije al hablar del cuerpo mental consciente.

Además de la información personal, el archivo akhásico posee información sobre la historia y la evolución, no sólo de la Tierra y sus habitantes, sino también de vuestro sistema solar, de la galaxia y, posible-mente, de todo el Universo creado.

La energía del subconsciente se localiza en la parte derecha y occipital del cerebro. Esto quiere decir que las neuronas situadas en esos lugares se ven influidas por esta energía, lo que de alguna forma las convierte en neuronas especializadas en información de índole superior.

Para que este cuerpo mental cumpla su función de información, además de los datos que le aporta la conciencia y los que el mismo genera como voz de la experiencia, necesita el suministro de los que provienen del mundo exterior a través de los sentidos. También necesita el aporte de las reflexiones que generamos a nivel consciente.

Al ser el cuerpo mental de más alta vibración, necesita de dispositivos que permitan que su información llegue a los demás cuerpos mentales. Estos dispositivos energéticos realizan su función a modo de válvulas de entrada y salida de información. Me estoy refiriendo a dos glándulas que se encuentra situadas en el centro del cerebro: la pineal o epífisis y la pituitaria o hipófisis.

La glándula pituitaria funcionaría como un amplificador de energía, convirtiendo la energía mental que generan el consciente y el inconsciente en energía de más alta vibración, como la que genera el subconsciente. Por el contrario, la glándula pineal funcionaría como un reductor energético, convirtiendo la energía que dimana del subconsciente en otra de menor vibración, que pueda ser captada por el consciente y el inconsciente.

Los procesos mediante los cuales se producen estos intercambios energéticos son complejos, pero al mismo tiempo rapidísimos. El punto central de recepción y distribución de energías se encuentra situado entre el tálamo y el hipotálamo, verdadero crisol alquímico que, trasladado a una concepción esotérica, podríamos identificar como el tan buscado por vosotros SANTO GRIAL, no tan sólo por su forma, sino porque en él tienen lugar transmutaciones que convierten energías de baja vibración en otras de alta vibración. Tal vez, fuera esto lo que quiso simbolizar Jesús en la última cena. Quizás con este gesto quiso transmitiros la idea del proceso que llevaría al hombre al encuentro con Dios.

Por último, en relación con este cuerpo mental, os diré que es el generador de los impulsos creativos del hombre.

El que nos mueve a realizar empresas que la lógica no parece compartir en ocasiones. El es el gran desconocido, nuestro “Otro Yo”, aquél que os hace comportaros, en ocasiones, tal cual sois, lejos de los convencionalismos sociales y de tantas y tantas trabas como diariamente ponéis a vuestra verdadera personali-dad.

Las teorías científicas sobre la evolución de las especies y más concretamente la que presenta la antropología, han establecido un desarrollo más o menos lógico, mediante el cual se puede conocer cómo ha sido el pasado en lo relativo a la mente. Para ello, la biología ha desentrañado el misterio hasta llegar a los primeros orígenes, es decir, la primera aparición de sensibilidad nerviosa en organismos unicelulares. A partir de ahí, la larga evolución de millones de años se ha concretado en un cerebro desarrollado capaz de producir procesos mentales complejos.

En cierta ocasión preguntamos a nuestro guía sobre las funciones que desarrolla nuestro cerebro:

EL CEREBRO HUMANO ES EL ÓRGANO MÁS IMPORTANTE DEL CUERPO FÍSICO, ES EL ÚNICO ÓRGANO QUE REVITALIZA SUS CÉLULAS DEBIDO A SU CONDICIÓN DE PORTAVOZ DE LA MENTE Y RECEPTOR DE LOS MENSAJES DE LA FUENTE.

LAS NEURONAS CONFORMAN LA LLAMADA MASA GRIS Y ES UNA ESPECIE DE CIRCUITO CERRADO, DONDE EL ASTRAL TIENE UNA IMPORTANCIA FUNDAMENTAL, YA QUE TRES DE SUS CAPAS (2, 6 Y 7) IN-TERVIENEN EN LOS PROCESOS MENTALES.
LAS CÉLULAS SE REVITALIZAN PORQUE NO TIENEN EN SU NÚCLEO LA ORDEN DE MORIR, YA QUE SI MURIERAN SE PERDERÍA ALGO TAN IMPORTANTE COMO LA MEMORIA QUE VA IMPRESA EN ELLAS.

EL ÓRGANO, COMO MÁQUINA, ES PERFECTO. NO OCURRE LO MISMO CON SU OPERADOR, QUE A MEDIDA QUE EVOLUCIONA AUMENTA EL PORCENTAJE DE SU USO.
POR EJEMPLO LOS 4.3 UTILIZÁIS POCO MENOS DEL 10%, LOS 4.4 ALCANZAN EL 30%, LOS 4.5 EL 65%, LOS 4.6 EL 85% Y LOS 4.7 EL 100%.

DESTACAN, ENTRE OTRAS, LAS SIGUIENTES FUNCIONES DEL CEREBRO: REGULACIÓN DEL SOPORTE FÍSICO, GENERACIÓN DE PENSAMIENTOS, PRODUCCIÓN DE SUEÑOS, CAPACIDAD DE COMUNICACIÓN ORAL, ESCRITA, MÍMICA Y TELEPÁTICA, CAPACIDAD DE INFORMACIÓN Y CAPACIDAD DE DECISIÓN.

EL CEREBRO HUMANO ES UNA ANTENA DIRIGIDA AL COSMOS, PERO SU FUNCIÓN NO SOLO ES ESA, SINO QUE TAMBIÉN ESTÁ ESTRUCTURADO PARA ELABORAR LA INFORMACIÓN QUE RECIBE.

IMAGINAD QUE VUESTRO CEREBRO LLEVA INCORPORADO UN AMPLIFICADOR COMO LOS QUE USÁIS PARA LA MÚSICA, ESTE AMPLIFICADOR TIENE FILTROS QUE, TEÓRICAMENTE SIRVEN PARA MEJORAR LA CALIDAD DEL SONIDO, PUES BIEN, EN VUESTRO CEREBRO, LOS FILTROS SON PROTECCIONES QUE CO-LOCÁIS PARA ADECUAR VUESTRA VIDA AL MUNDO QUE OS RODEA, PODRÍAMOS LLAMARLOS “CONVENCIONALISMOS SOCIALES”.

PARA QUE LA INFORMACIÓN RECIBIDA SEA ASEQUIBLE, DEBE SER TRADUCIDA A CONCEPTOS COTIDIANOS Y, ADEMÁS, DEBERÍA LLEVAR CARGA EQUILIBRADA, ES DECIR, NO SER TENDENCIOSA, COSA DIFÍCIL PORQUE LOS FILTROS LO IMPIDEN A LA HORA DE ESTABLECER COMUNICACIÓN CON NOSOTROS, SE UTILIZAN PERSONAS CON POCOS FILTROS, ESTO ES, QUE TIENEN POSIBILIDADES DE MANTENER UN CIERTO EQUILIBRIO ENERGÉTICO.

EL POLO POSITIVO LO ENCARNA LA GLÁNDULA PINEAL Y EL NEGATIVO LA PITUITARIA, ASÍ PUES, PARA LA CONFIGURACIÓN DE IDEAS ES NECESARIA LA APORTACIÓN DE AMBAS.

LOS CIENTÍFICOS DE VUESTRO MUNDO DICEN QUE, PARA QUE UNA IDEA SE CONCRETE, ES NECESARIO UN FLUJO DE INFORMACIÓN ENTRE EL HEMISFERIO DERECHO Y EL IZQUIERDO. AMBOS HEMISFERIOS TIENEN COMO REGULADORES LAS GLÁNDULAS ANTES MENCIONADAS, ES DECIR, EL HEMISFERIO DERECHO LA GLÁNDULA PINEAL Y EL HEMISFERIO IZQUIERDO LA GLÁNDULA PITUITARIA.

Y en relación con el funcionamiento de estas dos glándulas, la información de Acael también fue bastante esclarecedora:

ANATÓMICAMENTE, LA GLÁNDULA PINEAL, EN VUESTRO NIVEL EVOLUTIVO, ES POCO MÁS GRANDE QUE UN GUISANTE.

COMO ELEMENTO ENDOCRINO PRODUCE UNA SERIE DE HORMONAS QUE TIENEN RELACIÓN CON LA SEXUALIDAD Y EL CRECIMIENTO, PERO SU FUNCIÓN MÁS IMPORTANTE NO ES ESA, SINO LA DE NÓDULO RECEPTOR DE LAS ENERGÍAS MENTALES QUE PROVIENEN DE DIMENSIONES SUPERIORES, ADEMÁS DE PROPORCIONAR CONEXIONES TELEPÁTICAS ENTRE SERES HUMANOS DE DISTINTOS O SEMEJANTES NIVE-LES. NO OBSTANTE, QUIZÁS LA CONEXIÓN MÁS IMPORTANTE QUE REALIZA SEA CON EL ARCHIVO AKÁSHICO.

INTERIORMENTE, TIENE UNA SERIE DE BASTONCILLOS QUE SE EXCITAN DE FORMA SIMILAR A LOS DEL OJO, AUNQUE POR SU POSICIÓN EN EL CEREBRO NO LE LLEGA LUZ EXTERIOR. LA EXCITACIÓN SE PRODUCE POR LA ENERGÍA MENTAL QUE RECIBE.
ÉSTA GLÁNDULA TAMBIÉN ES NÓDULO EMISOR, CUANDO EL CEREBRO NO CONSIGUE HALLAR UNA RESPUESTA DESPUÉS DE MANEJAR LOS PARÁMETROS QUE DISPONE, ES DECIR, CUANDO EL CEREBRO DICE “NO SÉ”, ENTONCES BUSCA RESPUESTAS FUERA Y SE DIRIGE A CENTROS DE INFORMACIÓN GENERAL, LO QUE CONOCÉIS COMO ARCHIVO AKÁSHICO, QUE ES UN CENTRO DONDE, ENTRE OTRAS COSAS, SE RECO-PILA EL SABER HUMANO Y LAS BIOGRAFÍAS DE LOS AUTORES.

UNA VEZ RECIBIDA LA INFORMACIÓN, PASA POR LOS CIRCUITOS CEREBRALES HASTA EL CONS-CIENTE, PERO YA UNIDA A LOS PROCESOS GENERADOS POR EL PROPIO CEREBRO (VOZ DE LA EXPERIENCIA)

LA GLÁNDULA PINEAL SE EXCITA POR REACCIÓN ANTE EL LÍMITE DEL CEREBRO. UNA PERSONA RACIONAL A ULTRANZA NO TENDRÁ UN ADECUADO DESARROLLO DE LA PINEAL, DADO QUE DEJA DE MANEJAR PARÁMETROS IMPORTANTÍSIMOS, COMO SON LOS DERIVADOS DE SU HEMISFERIO DERECHO, PERO ¡ATENCIÓN!, LOS QUE HACEN LO CONTRARIO TIENEN EL MISMO PROBLEMA Y ESTO ES IMPORTANTE, PORQUE LA CREENCIA GENERAL ES QUE LOS MÍSTICOS, LOS QUE PROPUGNAN LA ANULACIÓN DE LA RAZÓN, DEJAN DE UTILIZAR MUCHOS PARÁMETROS DERIVADOS DE LA EXPERIENCIA Y DE LA LÓGICA Y, POR TANTO, LA PINEAL NO SE EXCITA HASTA QUE EL CEREBRO DICE “NO SÉ”.

LAS PERCEPCIONES FÍSICAS Y LOS PROCESOS DE RAZONAMIENTO LÓGICO ACTÚAN SOBRE LA PITUITARIA O HIPÓFISIS, HACIENDO QUE ÉSTA SEGREGUE HORMONAS, ESTO A NIVEL FÍSICO.

A NIVEL MENTAL, LA PITUITARIA ANTERIOR RECOGE ESTOS IMPULSOS Y TRASVASA A NIVEL NERVIOSO LA INFORMACIÓN AL HIPOTÁLAMO, DE DONDE SURGEN RAMIFICACIONES NERVIOSAS QUE EXCITAN LA PITUITARIA POSTERIOR Y DE AHÍ, NUEVAMENTE SURGEN ENERGÍAS QUE INCIDEN SOBRE LA EPÍFISIS O PINEAL. PERO LO IMPORTANTE ES QUE ES EN EL HIPOTÁLAMO DONDE SE PRODUCEN LAS INFLUENCIAS ENERGÉTICAS QUE AFECTAN VÍA NERVIOSA, A LA PARTE POSTERIOR Y DERECHA DEL ENCÉFALO.

HE DE DECIR QUE LAS FISURAS DEL CORTEX SON LOS CAMINOS ENERGÉTICOS POR DONDE DIS-CURRE LA ENERGÍA MENTAL, LA CUAL QUEDA REFLEJADA EN LOS ELECTROENCEFALOGRAMAS.

Como esta información era un tanto compleja, pedimos a Acael que nos ampliase los conceptos:

SE PRODUCE, POR EJEMPLO, UNA PERCEPCIÓN FÍSICA, ESTA PERCEPCIÓN LA RECOGE LA PITUITARIA ANTERIOR DESPUÉS DE QUE HA PASADO POR LA ZONA DEL CORTEX CORRESPONDIENTE.

LA INFORMACIÓN, A CONTINUACIÓN, PASA AL HIPOTÁLAMO DONDE SE TRANSFORMA EN ENERGÍA MENTAL, DIGAMOS “NORMAL”, ESA ENERGÍA EXCITA LA PITUITARIA POSTERIOR QUE AUMENTA LA VIBRACIÓN DE LA CITADA ENERGÍA, LO QUE PRODUCE TAMBIÉN UNA EXCITACIÓN EN LA PINEAL, PREPARÁNDOLA ASÍ PARA LA INMEDIATA RESPUESTA.

LA ENERGÍA AUMENTADA PERMANECE UN MICRO-INSTANTE EN EL HIPOTÁLAMO PARA PASAR VÍA NERVIOSA, A LA ZONA DERECHA Y OCCIPITAL DEL CEREBRO, UTILIZANDO PARA ELLO LAS CISURAS DEL CORTEX, ES DECIR, POR UN LADO VA LA ENERGÍA NERVIOSA Y, POR LAS CISURAS, LA ENERGÍA MENTAL, PARA QUE SE PRODUZCAN, SIMULTÁNEAMENTE, EFECTOS FÍSICOS Y PSÍQUICOS.

UNA VEZ PROCESADA LA INFORMACIÓN POR EL SUBCONSCIENTE, ES DECIR, CONTRASTADA CON INFORMACIONES ALMACENADAS EN LA MEMORIA PERPETUA Y UNIÉNDOLA A LA VOZ DE LA CONCIENCIA Y A LA VOZ DE LA EXPERIENCIA EN ESTA VIDA (QUE SE ENCUENTRA SITUADA EN EL LLAMADO SISTEMA RETICULAR DEL CEREBRO), ENVÍA SU INFORMACIÓN DE VUELTA PARA QUE EL CONSCIENTE LA MANEJE, ¿CÓMO? PUES DE LA PARTE DERECHA Y OCCIPITAL PARTE HACIA LA PINEAL, LA CUAL TRANSFIERE, REDUCIDA EN ENERGÍA NORMAL, LO QUE ERA ENERGÍA “SUPER”. LA PINEAL LO HACE POR MEDIO DE UNOS BASTON-CILLOS SIMILARES A LOS DEL OJO HUMANO.

UNA VEZ REDUCIDA LA ENERGÍA, LA MISMA ES ENVIADA A LA ZONA IZQUIERDA Y FRONTAL DEL CEREBRO, DESPUÉS DE HABER PERMANECIDO UN MICROINSTANTE EN EL HIPOTÁLAMO. LA PARTE QUE SE EXCITA DE LA PITUITARIA ES LA ANTERIOR, COMO PUERTA DE ENTRADA AL CONSCIENTE. LA INFORMACIÓN LLEGA POR LAS MISMAS VÍAS QUE EN EL PROCESO ANTERIOR, ES DECIR, NERVIOSA Y CISURAS.

De cualquier manera, la finalidad de la investigación sobre el cerebro humano debería ser la apertura de una serie de puertas, dentro del laberinto que supone el descubrimiento del papel que juega el hombre en el gran entramado cósmico. El premio para lo que consigan llegar al centro del laberinto será la respuesta que durante milenios ha buscado el ser humano: ¿quién soy yo?

En definitiva, lo que la biología ha estudiado y descubierto es el “hardware”, por decirlo en términos actuales, el órgano que es capaz de procesar. Por su parte la psiquiatría, la psicología y la sociología se han dedicado a investigar el “software”, el programa o programas que funcionan en cada uno de esos ordenadores hechos con células vivas. Por último, la filosofía se ha dedicado a especular sobre las apli-caciones del programa y sobre las intenciones del programador.

Realmente, ni la biología tiene todas las respuestas, ni las demás ciencias antes mencionadas han pasado de la época embrionaria. El hombre, como operador de su propio ordenador, va modificando constantemente su programa de vida en una búsqueda incansable por hallarse a sí mismo, en definitiva, por hallar la puerta de entrada al Programa Maestro, porque sabe que una vez él fue el programador y quiere volver a serlo. Esa es, finalmente, la batalla que todos los hombres estamos librando. Una batalla para la que no tenemos otras armas que ese mecanismo que el Cosmos nos ha prestado, la vida física, y una mente que la haga aprovechable.

EJERCICIO PARA ALIVIAR DOLORES

La glándula pituitaria y ciertas zonas del cerebro pueden producir sustancias muchísimo más potentes que los medicamentos al uso y con la ventaja que generados por el propio organismo, lo que significa que son lo más adecuado para uno mismo.

Educando la mente, se podría producir un analgésico que eliminaría inmediatamente los dolores por muy fuertes que éstos fueran. Se trataría de llegar a estados de relajación profunda desde donde se visuali-zaría la zona del cerebro implicada y su activación para que produzca sustancia. No obstante, como es bastante complicado conseguir ese grado de concentración, podéis practicar el siguiente ejercicio:

La persona que padece el dolor se sentará relajada tratando de mantener la espalda recta y juntando los dedos pulgar, índice y corazón de cada mano. La persona que va a aportarle energía se colocará de pié, a su lado y colocará el dedo índice izquierdo (polo negativo) en las fontanelas y el dedo índice derecho (polo positivo) en el occipital, en la unión del cuello con la cabeza, más o menos en la nuca.

Ambos se concentrarán y tratarán de mantener una respiración profunda y rítmica.

Visualizarán que se crea un puente energético luminoso entre los dos polos. Ese arco energético de unos 3 cms., de ancho, produce la activación de las células en esa zona, generando una sustancia cien veces más potente que la morfina.

El tiempo de aplicación de los dedos será mínimo de 5 minutos y máximo de 10 minutos. En niños menores de 13 años el tiempo deberá reducirse a la mitad.
Continuará....
(Imágenes van por separado)

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