24 de febrero de 2009

MIS ÚLTIMAS EXPERIENCIAS

Alexiis, 25 de febrero, 2009

Pasan los días, las horas y los minutos y no me tomo el tiempo para hacer este relato. Me pregunto a mi misma ¿por qué será?, ¿tengo miedo de volcar al papel todos los traspiés que he dado? Supongo que como siempre, a medida que escriba se me va a aclarar el panorama. Sería más fácil simplemente no hacerlo, ¿quién me obliga?, el compromiso que he contraído de relatar mis experiencias, sentimientos, pensamientos para que a lo mejor a otros les puedan servir de orientación. Ese compromiso para mí es sagrado, aunque tengo que reconocer que escudándome en la cantidad de trabajo acumulado, he demorado hacerlo, pero por más que lo demore, es una asignatura pendiente que hay que realizar. Así que adelante....

Como muchos sabrán por comentarios míos, para Navidad del año pasado mi hija menor me insistió o que me vaya de vacaciones, sí o sí, a casa de ella, este verano. No acepté enseguida por estar consciente de que mi movilidad física está muy impedida todavía, pero con todo amor me dijo que aunque pase los días en la cama allá, o sentada en un sillón, me iba a llevar a Bariloche para descansar. ¿Quién se puede resistir ante semejante mensaje?

Pero, ¿por qué siempre hay un pero?, había otra cosa más. Ambas hijas querían que me vaya de Buenos Aires para vivir cerca de una de ellas, ya que el estar sola aquí les producía mucha intranquilidad por estar tan alejadas. Tienen razón, esto no se puede discutir.

Ir a vivir a Tafí del Valle, donde vive mi hija mayor, no era una posibilidad ya que por la al-tura de 2200 metros, y todo el entorno, no era lo adecuado para mí, así que solamente quedaba Bariloche.

En el primer momento me negué rotundamente, sentía que no debía abandonar el centro de luz que había creado aquí, además irme de la casa en la que viví tantos años con mi marido, todo mi entorno, no, no quería irme.

Luego poco a poco, como siempre, empezaron a caer las fichas. Está bien que en una oportunidad uno de los Maestros había insistido que mi “lugar dulce y momento oportuno” era aquí en Buenos Aires, pero en aquel momento había mucha gente que venía, entre alumnos e integrantes de los grupos.

Hoy en día la cantidad ha disminuido drásticamente e incluso he llegado a resentir la falta de compromiso con el sendero de la luz de algunos, que hacían prevalecer los eventos de la tercera dimensión frente al compromiso espiritual que considero que todos los que nos hallamos en este momento en el planeta, hemos contraído. Sin embargo, he tenido que aprender sí o sí, que yo no puedo influenciar a nadie, que puedo brindar conocimiento, ayuda, todo lo que estaba a mi alcan-ce, pero finalmente cada uno tiene que elegir el camino a seguir.

Este fue uno de los bloqueos en el camino que con el razonamiento y el darme cuenta tuve que dejar de lado como excusa para no mudarme.

Luego, y esto era algo fundamental pero que costó para mí llegar a tomar conciencia de ello, es que me iba a separar de lo último “material” que me ataba o relacionaba a nivel físico con mi marido, que justo mañana van a ser 11 años que partió.

Esto fue un golpe duro el darme cuenta que me estaba aferrando a cosas físicas, mientras sabía perfectamente que su amor estaba en mi corazón y no en las cosas que habían sido suyas. Es decir, tenía que practicar la ley del desapego en su totalidad, para salir de ello libre y pura siendo yo misma.

Ahora faltaba el tercer bloqueo, el compromiso con los Maestros de quedarme aquí. Para ello no tenía otra forma que invocar una respuesta de parte de ellos. En general trato de formular preguntas para mí personalmente, pero en este caso sí lo tuve que hacer y relaté todo y tuve la respuesta de mi amado Maestro Yeshua, la cual en su momento he transmitido. Me liberaba de todo compromiso de permanecer en Buenos Aires e incluso me indicó de cerrar el centro de luz aquí y abrir uno más grande en Bariloche.

Así, habiendo superado el último impedimento, avisé a mis hijas mi cambio de opinión y mi disposición a mudarme a Bariloche. Para ello tengo que comentar que siempre fue un lugar de ensueño para mí y para mi marido y tal es así que en el año 1976 compramos un hermoso terreno para construir nuestro hogar, pero cuando volvimos a Buenos Aires las dos hijas pusieron el grito en el cielo que no se querían ir. Nos cansamos de pagar impuestos y lo vendimos. Ahora tengo mi hija menor viviendo ahí desde hace más de 10 años.

De aquí en adelante comenzó lo que realmente no sé si llamar una odisea, o la batalla entre el bien y el mal, o qué se yo, pero viéndolo a distancia de unos días es tan, pero tan increíble todo lo que pasó, que a lo mejor le sirva a alguien para ver como se pueden atravesar las cosas.

No quise viajar durante enero por el famoso “encendido de Júpiter” y al final mi hija me compró los pasajes en la agencia con la que siempre viaja, para ir por Lan Argentina, el día domingo 8 de febrero, con el vuelo que salía de Aeroparque a las 15,30. Directamente cuando se sacaron los pasajes se avisó que necesitaba de la silla de ruedas porque no me dan las piernas para caminar las distancias en Aeroparque y luego subir por las escaleras del avión. Sinceramente he viajado muchísimas veces ya con estas condiciones y avisando de antemano nunca he tenido problemas, hasta ahora.

El domingo a la mañana llamo a Lan para confirmar el horario de salida y lo de la silla y me dicen que no es posible porque la misma hay que pedirla 48 horas antes. Ante mi comentario que la misma había sido pedida el 5 de enero cuando se compró el boleto, quedaron inmutables, argumentando que 48 horas antes hay que ir a Lan, buscar dos formularios que tiene que llenar un médico, luego llevar los mismos a Lan para que los revise el médico de ellos, y recién ahí deciden si prestan la silla o no.

No sé si se podrán imaginar la desesperación que me agarró viendo que desde aquí no podía hacer nada. Por supuesto llamé enseguida a Bariloche, poniendo mi hija en movimiento la agencia de viajes, etc., pero Lan estaba inmutable, no me brindaban la silla y tampoco me permitían cambiar la fecha de vuelo.

Estuve sentada aquí desesperada, cuestionándome qué es lo que significaba esto, pero al final prevaleció un cierto grado de cordura y llamé a Aerolíneas, donde conseguí vuelo, silla de rueda sin problema, teniendo que pagar más, pero por lo menos viajaba. El único problema era que el avión salía mucho antes que el de Lan, yo no había terminado de empacar, ni ducharme, ni lavarme la cabeza y todo lo correspondiente ante un viaje así.

Tiré realmente dentro de la valija todo lo que se me ocurría, olvidándome por supuesto unas cuantas cosas, rápidamente me vestí y me fuí.

En Bariloche me fueron a buscar mi hija y mi yerno, contentos de que por lo menos conseguí llegar y pasamos lo que quedaba del domingo en paz y armonía.

El lunes comenzó la locura: mi hija había ido a ver unas cuantas casas para que yo las viera y salimos a recorrer, una tras otra, evaluando los pro y los contra de cada una.

No sé si los nervios del viaje o lo que me afectaron bastante y mis energías estaban muy bajas, es decir que me costaba caminar, me faltaba el aire, pero esto no es nada comparado con los días siguientes. Mi estado de salud comenzó a alterarse pero no como en una persona normal, ya sé ‘no soy normal’, pero ni siquiera lo que es mi normalidad.

Tres noches seguidas me desperté a las 2,30 sintiendo que mi presión no andaba bien y como siempre llevo el aparato, constaté que tenía 19,8 máximo, 14,5 mínimo y 142 de pulso. ¡Lindo no cierto! Bueno inmediatamente tomé algo contra la presión alta, que a último momento se me ocurrió llevar aunque hace tiempo no tenía problemas, también tomé un tranquilizante y al día siguiente la presión estaba normal. Dos noches más, aproximadamente a la misma hora, se repitió el cuadro, pero luego nada.

Por supuesto el bajar a la fuerza la presión, aumentaron mi debilidad, pero por supuesto seguimos viendo casas.

Una de las primeras, ya mi mente me hizo una mala jugada, me quedó en la memoria el living que me encantó, y la consideraba una posibilidad tal es así que cuando finalmente encontramos una que me encantaba, no me decidí porque quería volver a ver la primera.

Cada vez me era más difícil movilizarme ya que – nunca en toda mi vida he tenido fiebre – y repentinamente tenía más de 38º y muchos dolores en la espalda para respirar. Tal es así que el domingo 15 me sentí tan mal que llamamos a mi médico de Buenos Aires, el que por supuesto no estaba. Llamamos a otro médico naturista de Bariloche, que hacía visitas a domicilio, también au-sente y finalmente uno tercero dijo que me lleven a una clínica para sacar radiografía de tórax

Pero como conmigo nada pasa por vía normal, llovía torrencialmente y para llegar de la casa de mi hija hasta el coche tenía que caminar unos 20 a 25 metros, totalmente imposible, así que a combatir todos los síntomas solos. Por suerte me dieron a tomar gotas de Propóleo, que realmente es milagroso, junto con aspirinas, tranquilizantes, contra la presión y unas placas de una aleación especial que tenía desde las épocas del consultorio de mi marido, que mi hija me pegó en la espalda para fortalecer y quitar el dolor.

Bueno aquí me tienen, sin presión, sin fiebre, sin dolor al respirar, lo único muy débil para caminar por la cura forzosa a que me sometí. Es por ello que al comienzo dije que era la lucha entre el bien y el mal. Sentí como que una parte quería que me vaya a vivir a Bariloche y la otra lo quería evitar, pero como sabrán, soy cabeza dura y como muchas veces dije, me doblegaré como un junco pero me vuelvo a enderezar. En eso estoy ahora.

Esto fue el relato de lo negativo, ahora viene lo lindo. Toda mi familia, que se compone de mi hija, su esposo y los dos hijos de él, que son como nietos para mí, me atendieron con un amor que nada lo puede superar. Realmente viví milagros en este sentido ya que aunque por supuesto los conozco y los he tratado alguna vez, pero no tenía idea que había un afecto tan profundo hacia mí de parte de mis nietos. Ahora sale la abuela chocha. De mi nieta adulta ya bastante les he comentado como así también de mi nietito de 4 años, que son los que están en el norte.

Estando en Bariloche he tenido contacto con varios compañeros de senda, de nuestra senda rara como se podría decir, y especialmente he tenido la alegría de conocer personalmente a Sergio Hache, el cual me ayuda tanto ahora con las traducciones. Incluso cuando él estuvo tuve que canalizar a Krom con un mensaje para ambos, que ya he enviado.

También tuve otro mensaje de Yeshua para una familia que me vino a ver, que también he transmitido.

Todo esto me demostraba que no estaba tan equivocada en mi idea de irme, porque si no, no habría tenido estos contactos, pero el fin de semana aquel me sentí tan mal que invoqué a alguno de los Maestros para que me ayuden a encontrar el camino, ya que no sabía por donde agarrar. Vino Kryon, cuyo mensaje también ya he enviado.

Bueno, a duras penas pero sí, volví a ver la primer casa que me había gustado y aquí mi mente me jugó una treta porque únicamente me acordé del living que me gustó, pero cuando volví a ver lo demás me dí cuenta que lo había bloqueado porque no era para mí.

Encontré mi nuevo hogar, está en el KM 5, Barrio Melipal, y les presento la cara de lo que será el futuro lugar de reunión, donde realmente espero seguir con toda mi actividad del sendero espiritual.

Es una casa muy luminosa que tiene todas las comodidades que necesito, así que pagamos la seña y se iniciaron los trámites correspondientes.

Tal como esto se produjo con suma rapidez, cuando volvía a Buenos Aires, al día de hoy tengo dos carteles de inmobiliaria colocados, habiendo encaminado las mil y una cosas y como último les comento como me siento, representado en forma gráfica: “Imagínense a alguien parado con la cola al aire, detrás un gran soplete que hace pppffffffffffffffffff con un fuerte chorro como me empuja hacia adelante a una velocidad increíble”.

Creo que con todo esto les doy una idea de lo que pasó, al que le resulte largo, hay una forma simple, se hace click y se borra el mensaje. Pero es un recuento hecho con el amor de siempre hacia todos ustedes, Alexiis.

http://wayran.blogspot.com

No hay comentarios: