17 de diciembre de 2007

EL BALANCE

Nuevamente nos vemos enfrentados a lo que comúnmente se llama “Año Nuevo”, el 31 de la noche, a las 24 horas termina este año y comienza el siguiente.
Esto es igual para toda la cristiandad, es un hecho inamovible, el cual ni con sobornos o castigos podemos cambiar. Es una ley que nos viene gobernando durante mucho tiempo, aunque mientras tanto se ha descubierto que no necesariamente el Calendario Gregoriano, al cual hago referencia, corresponde a la VERDAD. Sin embargo, supongamos que así sea para el Cristianismo, aunque por otro lado hay religiones que se rigen por otras fechas.
La finalidad de este mensaje no es el de comentar sobre hechos por todos conocidos, sino en evaluar un poco la forma en la que nos enfrentamos al Año Nuevo.
Creo que es necesario que cada uno, en su interior, haga el balance si durante el año que termina ha sido capaz de cumplir, aunque sea, algunas de las metas que se había propuesto, o si simplemente se ha dedicado a vivir, al día, sin tener propósitos para el mañana.
Es de suma importancia el tomar conciencia de que nunca llegaremos a nada si vivimos al día, muchas veces sin saber qué esperar o qué es lo que nos deparará el día de hoy.
Al ser nosotros mismos los únicos y reales forjadores de nuestro futuro, no podemos dejar de “ocuparnos”, no de “preocuparnos” de nuestro futuro. Es fundamental que tratemos de tomarnos el tiempo para analizar un poco qué es lo que esperamos de la vida, tanto a corto como a largo plazo.
Este análisis y la toma de conciencia de lo que realmente queremos conseguir, nos ayudará a darnos cuenta de cuando se nos presentan las oportunidades, que a todos sin excepción se nos presentan, pero lamentablemente muchas veces al no haber pensado anteriormente en semejante posibilidad, no sabemos como aprovecharla y qué beneficios o incluso problemas nos puede traer.
Considero que no hay mejor momento para hacer esta introspección que el actual, cuando se avecina otro año nuevo, con sus lógicos festejos de sidra, pan dulce, algunos asados, bailes, fuegos artificiales y alegría en general. Nadie pretende que uno no tenga esta dispersión, ya que una fiesta realmente sentida representa alegría, y la alegría y el humor son ingredientes fundamentales para el bienestar del ser humano.
Incluso estas reuniones, que para algunos pueden parecer estereotipadas, hay que encararlas con toda sinceridad y buena disposición, deseando compartir con la familia, los amigos y los otros seres con los que convivimos, este momento irrepetible, ya que, como dije antes, nunca podremos volver atrás, siempre tenemos que seguir avanzando.
Una de las cosas principales que tenemos que programar para el año que viene, no solamente sino para el resto de nuestras vidas, es el de querernos a nosotros mismos y así estar en condiciones de amar a nuestro prójimo, ya que solamente así conseguiremos la felicidad tan ansiada.
Quiero expresar desde ya a todos ustedes que espero que el Año Venidero sea colmado de Paz, Salud y Bienestar para toda la humanidad y para nuestro bien amado PLANETA.
FELIZ AÑO NUEVO, ALEXIIS.

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