7 de agosto de 2007

HABLANDO SOBRE EL TEMA DE LOS SUICIDIOS


4 de agosto, 2007

Sinceramente este no es un tema sobre el cual había pensado escribir, pero dado que me han pedido que lo haga, trataré de recopilar la mayor información que pueda al respecto y de men-cionar todo lo que a lo largo de los años he estado aprendiendo.
En primer lugar quiero mencionar que por lo que yo personalmente sé, hay un enfoque total-mente diferente si consideramos a la humanidad del mundo Oriental y del Occidental.
Del mundo Oriental sé que ellos al suicidio no lo consideran como un acto que genera culpa, dado que por ejemplo los guerreros que hacen el tristemente famoso Hara Kiri, consideran que en el Más Allá serán altamente honrados por ofrecer su vida, sea cual sea la causa. Todo esto nos lleva a la conclusión de que en Oriente el suicidio no es considerado de la misma manera como en Occiden-te.
Esto se debe, creo yo, a que ellos no consideran a la ‘muerte’ como el final de todo, sino un paso en muchos casos a una vida mejor de la que está llevando aquí en la Tierra. En Oriente todo el concepto de la muerte es distinto, tal es así que hay razas que en lugar de llorar al muerto hacen una gran celebración porque finalmente se pudo liberar de las ataduras terrestres.
También la costumbre, que antiguamente se cumplía en forma rigurosa, de usar el negro en señal de luto, que ahora por suerte se ha ido aligerando, es una costumbre Occidental, ya que en gran parte del Oriente utilizan ropa blanca.
En Occidente debido a las religiones principales, se considera que el suicidio es una cosa tan tremenda que incluso el suicida en muchos casos no puede ser enterrado dentro del cementerio que pertenece a una iglesia, o sea que no puede descansar en lo que se llama la Tierra Santa.
Se sabe que la gran mayoría de los humanos quiere cambiar toda la comprensión que tienen del proceso de la muerte, pero no están seguros de cómo conseguirlo o de quién. La humanidad quiere un cambio y no quieren seguir con todo este proceso de la muerte, con el tremendo miedo que le tienen, y muchos han comenzado a buscar respuestas en la espiritualidad.
Los humanos que han ido avanzando en la espiritualidad se preguntan cómo es que aún así se ven sometidos a muertes en accidentes, de enfermedades como el cáncer o del corazón o cual-quiera de estas formas atemorizantes de morir. Muchos se cuestionan si ante un caso así el suicidio no sería una salida.
Sin embargo, las enseñanzas espirituales enseñan como se puede salir caminando de su cuerpo, lo cual no tiene que involucrar el sufrimiento, aunque es un aspecto al que la humanidad está sumamente aferrada. Sin embargo cuando una cantidad de gente elige la muerte por diversas razo-nes, una gran parte de gente que vive todavía dentro de la vieja energía, va a considerar que están eligiendo el suicidio.
Hay muchos enfermos, especialmente los de Sida, que consumen drogas contra el Sida, sin-tiéndose mal por incorporar drogas a su cuerpo, y al mismo tiempo están empleando drogas no auto-rizadas para combatir eso y están prácticamente eligiendo el suicido de esta manera. Ellos preferirían no seguir quedándose, pero en cierto sentido se los está reteniendo, sometiéndolos a sufrimiento, en lugar de dejar que ellos tomen la decisión.
Hay maestros espirituales que manifiestan que no comprenden el por qué los humanos tene-mos leyes que proscriben el suicidio. Evidentemente tenemos que tener leyes que eviten que una persona mate a la otra, pero la vida es nuestra y deberíamos poder disponer de ella en cualquier momento. No comprendo por qué en estos casos estamos sujetos a las leyes de religiones que se consideran los únicos con autoridad como para opinar, si todos sabemos actualmente que ellas no siguen los mandamientos dados por el Creador.
De acuerdo a los aprendizajes espirituales, todos antes de llegar a nacer, firmamos un contra-to de lo que queremos experimentar en esta vida. Este contrato también incluye la forma y en la ma-yoría de las veces el cuándo queremos trascender. Entonces no es posible que otros, que ni creen en esta forma de ver las cosas, nos indiquen lo que tenemos que hacer.
Yo creo que la muerte asistida o lo que se llama suicidio, es algo que se debería dar y lo que se debería apoyar para cada uno. En este sentido también tengo que hablar de la eutanasia, o sea la libertad de ayudar a una persona con enfermedad incurable o con grandes sufrimientos a poner fin a su propia vida. Este es un tema discutido en muchos foros mundiales y en general no es permitido, pero si lo vemos desde nuestro enfoque espiritual, considero que a esta persona, bajo circunstancias extremas, se le debería poder ayudar.
Por supuesto no quiero decir con esto que simplemente si alguien le pide a uno, ayúdame a morir, ello se ejecute así no más. Considero que se tendría que encontrar una forma legal, ya sea por una junta de médicos, o mejor dicho de médicos y alguien más que no lo sea, para evitar el problema médico del juramento que tienen que hacer de salvar las vidas, para que habiendo agotado todos los medios posibles de ayudar a la persona que lo pida, se le dé la posibilidad de trascender.
Aquí por supuesto nuevamente entra a figurar que los occidentales realmente consideran que la muerte es algo final, a lo que hay que temer, y no como lo consideramos que simplemente es se-guir adelante en el camino evolutivo del alma o espíritu.
Sé que este tema es muy peliagudo, por la gran diferencia de conceptos que hay entre Orien-te y Occidente, entre la religión y la enseñanza espiritual, en fin, no digo que lo que acá detallo sea la Verdad Absoluta, ya que hemos aprendido que la Verdad Absoluta cambia de persona a persona, y que nadie de nosotros la tiene realmente. Tenemos Nuestra Verdad Absoluta la cual no necesaria-mente tiene que coincidir con el de un familiar, vecino o cualquier otra persona. Bueno, seguiré haciendo lo mejor que puedo.
Se ha constatado que muchas veces, cuando una persona comprende que tiene la elección y de que puede tomar esa decisión, entre lo que es la vida o la muerte, en este caso el suicidio del que estamos hablando, ello cambia su vida. En la actualidad aquellos que contemplan el suicidio y sienten que no tienen elección, ellos se sienten totalmente des-empoderados, y sería necesario encontrar un método por medio del cual puedan terminar su propia vida, amorosa, grácil y pacíficamente, pero se verá, como dije más arriba, que muchos de ellos cambiarán su vida inmediatamente, queriendo abra-zarla, queriendo vivir la vida. Al brindarles esta opción, se verá que tantos de ellos actualmente inver-tirán su energía, sanándose nuevamente y vivirán como humanos de la Nueva energía.
Durante los años 70 hubo una gran cantidad de suicidios, especialmente entre la juventud que vivía en Estados Unidos. Hubo quienes atribuían todo esto a que en su primera juventud a estos jóvenes no se les brindaba, de parte de los padres, la suficiente atención, en el sentido de establecer límites, tipo horarios o ciertas reglas que era necesario cumplir, sino que se consideraba que había que brindar una libertad total.
Esto lamentablemente se llegó a interpretar como una falta de cariño o preocupación de parte de los padres, ya que por regla general ambos se dedicaban a ganar dinero, a fin de tener un estatus de vida mejor, tener mayor cantidad de coches, más comodidades, aparte por supuesto de lo impres-cindible, en el hogar, sus casas grandes con jardines, piletas, quinchos y un largo etc. Por supuesto esto hizo que los padres estuviesen una mayor cantidad de horas fuera de casa en sus ocupaciones, y los jóvenes estaban librados a si mismos.
Lo que se consideró que era una mayor libertad y autonomía para ellos, salió siendo conside-rado como una falta de interés y cariño.
Todo esto hizo que gran cantidad de juventud perdió el sentido de la vida, perdió el amor a la vida, el amor a si mismos, al prójimo, al entorno, a la naturaleza, a la Madre Tierra. Tampoco hubo una enseñanza religiosa o alguna otra forma de asistencia para estos jóvenes para inculcarles los valores reales, cosa que hasta el día de hoy se sigue percibiendo en gran cantidad de la humanidad, y contra lo que aún sigue luchando toda la sociedad.
A raíz de todo ello se presentó una nueva posibilidad en la vida, o sea voy a hablar del tema de los “walk-in” o sea lo que se podría denominar en lenguaje común como “Espíritu Entrante”. En su momento este tema me ha fascinado mucho y he traducido una gran parte de un libro escrito por una autora famosa en su momento, Ruth Montgomery, y voy a copiar unos cuantos párrafos para elaborar más este tema, ya que el mismo representaba una solución para el espíritu que no quería seguir ade-lante con su plan de vida. En este texto se habla del “Espíritu Saliente”.
Quiero mencionar todavía que la autora era un canal escribiente, que recibía toda esta ense-ñanza de sus Guías, a los que menciona en forma constante.
El texto copiado irá en otro tipo de letra para que se sepa que no es cosa mía, sino copiado:
“En lo que se refiere a los espíritus salientes, los Guías recalcan que “un Espíritu Saliente no es un desertor y no conlleva cargas kármicas el llegar a tal decisión, ya que, en contra de lo que su-cede con el suicidio, no está destruyendo vida.””
Los Guías explicaron que “las almas antes de reencarnar, eligen nacer en tales situaciones en que tengan las mejores posibilidades de pagar viejas deudas kármicas y aprender las lecciones que hagan falta. Por otro lado, un alma que se ha cansado de los debilitantes sufrimientos de la an-cianidad, después de varias vidas prolongadas, algunas veces se ofrecerán a repetir los ciclos de la niñez e infancia, aprendiendo nuevas lecciones específicamente para preparar al cuerpo para una entidad más avanzada que pueda introducirse como un “walk-in”. A veces, dicen, que un “walk-in” intercambiará lugar con un soldado herido en el campo de batalla o con un prisionero en espera de la sentencia de muerte, a fin de erradicar un karma enmarañado de una vida anterior, cuando él mismo fue causante de la muerte violenta o de un grave daño.
Generalmente, sin embargo, los casos son menos dramáticos. Quizás una persona se sienta descorazonada de su aparente inhabilidad de resolver una relación personal desgraciada, o quizá esté desesperadamente enferma. Puede que haya perdido a un ser querido a través de la muerte, separación o divorcio, y por ello haber perdido las ganas de vivir.”
Los Guías dicen con respecto a esta situación: “Los walk-ins” tienen cuidado de no entrar a cuerpos donde aún siguen persistiendo fuertes lazos emocionales con otros. De esta forma evitan alianzas demasiado cercanas que puedan entorpecer el desarrollo de sus metas más elevadas. De hecho, aquellos que tienen fuertes lazos que los atan a otra persona viviente, raramente están dis-puestos a abandonar sus cuerpos y permitir que otro entre. Aquellos que están libres de semejantes ataduras íntimas están más dispuestos a dejar el lugar a otro que cumpla el ciclo de vida de su cuer-po físico.
Cualquiera sea la razón, un Espíritu Saliente siempre ha alcanzado un punto de transición antes de abandonar su cuerpo. Y, ya sea que la persona sea una mujer apaleada, un esposo llevado a la distracción por una mujer porfiada, un tullido o alguien que simplemente ha perdido las ganas de vivir, un “walk-in” no lo puede reemplazar salvo que esté dispuesto a hacerse cargo de sus tareas sin terminar y superar sus problemas, antes de encarar sus propios proyectos.
Totalmente consciente del peligro de que la mente de una persona perturbada sea ocupada por uno o más espíritus malignos, los Guías manifestaron al ser consultados, “como alguien que es-taba dispuesto a ceder su cuerpo, podía protegerse de semejante terror, que “se debía permanecer centrado en Dios, amando al Creador en uno mismo y en otros”. Para protegerse de los espíritus malignos, siempre conviene rodearse mentalmente con un círculo de luz dorada, llenándolo de paz y amor mediante la respiración. El subconsciente es un poderoso instrumento en la ayuda de situacio-nes que queramos desarrollar.
Este aura de luz dorada que nos envuelve en un perfecto círculo de eternidad, tiene muchas utilidades; aleja espíritus malignos, nos llena de tranquilidad, elimina el miedo y nos protege, y es un buen ejercicio a seguir todos los días antes de comenzar la meditación.
Cuando uno pone a disposición su cuerpo para una entidad más altamente evolucionada, deberá imaginarse que sale flotando al espacio, mientras que otro comienza a radicarse en el cuerpo abandonado. Esto alertará a los que están de este lado y desean convertirse en “walk-ins”, y expandi-rá además la propia conciencia. Es innecesario hacer esto más que unas pocas veces antes de que una entidad de mente elevada comience a hacer sentir su presencia. Ella irradiará calor y amor. Sin embargo el Espíritu Saliente no debería practicar esto salvo que esté definitivamente decidido que le gustaría regresar a la esfera espiritual, y de que esté dispuesto a permitir que su presente encarna-ción sea proseguida por otro.
El proceso no es largo. Dependiendo de las condiciones del cuerpo de uno y de su disposi-ción de partir, a lo sumo se requerirán algunos meses de parte del “walk-in” para estudiar el archivo akáshico del espíritu saliente, determinar cómo puede manejar el cuerpo y entender cuál sería la me-jor forma para solucionar el dilema en el cual se encuentra el espíritu saliente.
Al solicitar mayor información los Guías manifestaron: “Si uno desea ser un Espíritu Saliente, hay varios métodos que se pueden emplear. El deseo es fundamental, ya que hasta que uno no esté gustosamente cediendo el cuerpo, ningún otro ser de una percepción moral elevada se introducirá. Hay un período de intercambio durante el cual cada ego lo ocupa rotativamente, pero no simultánea-mente. Cuando la entidad que desea entrar hace que el otro sea consciente de su amorosa presen-cia, ellos intercambiarán de tanto en tanto los lugares, mientras que el recién llegado llega a conocer los mecanismos del cuerpo. Esto puede suceder durante el sueño de la noche, o en ensoñaciones diurnas, o durante períodos de lucidez cuando uno está solitario o agotado.”
¡Para prepararse para un “walk-in”, en primer lugar rodéese de la luz dorado protecto-ra. Luego, al comenzar a sentir la presencia de otro, puede invitarlo ausentándose del cuerpo durante períodos breves. La mejor forma de hacer esto es estando en cama o tendido en el suelo, de modo que no se pueda lastimar a raíz de un breve período de inconsciencia mientras que la entidad se in-troduce en la mente vaciada.
A fin de asegurarse de que la entidad correcta, o una de la misma longitud de onda, se esté incorporando, uno debería recordar de que esta sensación de “rectitud” es la prueba real. Si se siente relajado y confortable, sin sentir pánico o remordimiento, resulta satisfactorio proceder con el experi-mento tentativo, ya que no necesita ser definitorio hasta que uno no lo ha dicho en las reales palabras ‘Yo ahora me voy, y dejaré todo en tus manos’. Luego descansará durante un tiempo, antes de abrir sus ojos espirituales en el plano espiritual.
El mismo día en que los Guías me transmitieron este mensaje, el 23 de Agosto de 1978, salió publicado un artículo en el Washington Post que decía: “Los suicidios entre los jóvenes americanos se han triplicado durante los últimos veinte años. Acerca de 5.000 americanos, de edades que oscilan entre los quince y veinticuatro años, se quitan la vida cada año. Este fenómeno ha afectado un alar-mante corte transversal de juventud de todos los entornos sociales, económicos y raciales”.
Los Guías mencionaron esto: “Los “walk-in” están ayudando a otros a encontrar su camino hacia la auto-comprensión, silenciosamente ayudándoles a mirar hacia adentro, a fin de encontrar dentro de cada uno el núcleo del que proviene todo el conocimiento. Ellos están trabajando en una variedad de formas, como físicos, camioneros, profesores, maestros, escritores y amas de casa, ya que hasta que se hayan librado de las tareas a cumplir por parte de los propietarios originales del cuerpo, ellos no avanzarán en su propio trabajo, que es el de traer paz y comprensión entre la gente.”
Aquellos que podrían pensar en el suicidio sería mejor que se pongan a pensar en permitir que estas almas superiores utilicen sus cuerpos, y dejar que ellos se hagan cargo durante el sueño o enfermedad, retirándose al plano espiritual para descansar un tiempo y rearmar sus propias metas. ¿Porqué destruir?
Los Guías manifiestan que “hay muchas entidades espirituales disponibles para ayudar a re-levar a aquellos que desean evitar el tumulto que se producirá a fines de 1990, convirtiéndose en Espíritus Salientes. Los “walk-in” que se encuentran en cuerpo físico “encontrarán lugares específicos para aquellos que desean llegar al final de su existencia terrena, y ellos ya están tratando de llevar una chispa de inteligencia a aquellos que tantean en la oscuridad, buscando soluciones a los males mundiales.”
“Estas serán dos décadas difíciles para la Madre Tierra”, continúan diciendo, “y muchos de-searían no haber escogido este período en particular para reencarnar. Sin embargo, no tendrán que temer por la supervivencia final, ya que el alma es indestructible, y el bien que se obtiene al enfrentar las dificultades y ayudando a otros, beneficiará el progreso de sus almas. Algunos humanos sobrevi-virán y otros se encontrarán sin sus cuerpos a medida que ocurra la destrucción, pero todas las almas tendrán inmortalidad.”
La preparación es un estado interior de conciencia alterada y la eliminación de los miedos es una tarea primordial de los “walk-in”, habilitados para preparar a otros cuando ocurra la veloz altera-ción de la superficie terrestre. La palabra clave es ‘serenidad’, y este estado mental se adquiere amando a otros o por lo menos enviándolos por su camino con una bendición. Haz el bien y el mal no tendrá fuerza.
Es necesario que la humanidad se dé cuenta de que un ego puede abandonar voluntariamen-te su cuerpo y permitir que otro ego ocupe y reanime el cuerpo abandonado. Quisiéramos que la gen-te sepa como un cuerpo puede ser descartado, como una bata vieja que el dueño ya no necesita más, otorgándoselo a otra persona que lo necesita para un propósito especial.
La gente le tiene miedo a lo que no comprende, y así que si se dice que una persona puede intercambiar su cuerpo con otra, entonces automáticamente se le hace objeto de mucha persecución. Pero es necesario que haya incidentes con respecto a cuerpos intercambiados, a fin de llevarlo a público conocimiento.
Creo que con lo que antecede he dado una idea suficientemente amplia con referencia a la posibilidad de intercambiar el espíritu de uno con el de otro ser superior que se hará cargo de nuestra misión en esta vida. El retirarnos de esta forma no nos acarrea karma y considero que sería una solu-ción viable para evitar llegar a lo que es el suicidio.
Lamentablemente en la actualidad nuevamente nos estamos enfrentando a épocas muy du-ras en cuanto a lo que son las relaciones familiares, debido a la gran cantidad de entrada de chicos índigo, cristal, etc.
Estos seres que en realidad nos vienen para ayudar a seguir adelante en nuestra evolución, en muchísimos casos se ven enfrentados con padres que son tan tremendamente cerrados frente a toda innovación o cambio de conducta, que luchan contra paredes durísimas de puntos de vista a las cuales no llegan a atravesar. Estas hermosísimas almas se enfrentan en su mayor parte a situaciones a las que no encuentran una solución adecuada, y ya se está expandiendo entre ellos un cierto des-ánimo en cuanto a lo que es su misión para esta vida.
Espero de todo corazón que los padres comiencen a despertar y comiencen a brindar a estas almas todo el apoyo que necesitan, para evitar que tengamos otras oleadas de suicidios entre nuestra juventud.
No se crean que por que mis propias hijas ya son mayores, no estoy bien al tanto de todo este tema, ya que lo he estudiado ampliamente para poder ayudar aunque sea a las personas que me rodean, pero reconozco que lo que yo brindo es un grano de arena ya que se necesitaría de una cantidad de personas que sepan que la solución para estos chicos no es que se los llene de drogas para mantenerlos quietos, sino darles un medio ambiente adecuado para que desarrollen toda la ca-pacidad latente que traen consigo.
Muchas veces las personas que piensan en el suicidio lo hacen porque les falta todo incentivo para seguir viviendo. No estoy hablando de enfermos ahora, sino de personas que caen en la depre-sión porque no le encuentran sentido a la vida que llevan, que no tienen intereses, que no tienen me-tas.
Gran parte de ello se debe a que en la vida humana actual, especialmente los que vivimos en grandes ciudades y conglomerados humanos, se ha perdido la naturalidad de desarrollar la propia imaginación para brindar por ejemplo distracción en las fiestas, el saber divertirse, sin que para ello se tenga que ensordecer con la música a tan alto volumen, el alcohol y las drogas.
Anteriormente cuando no se nos servía en bandeja prácticamente todo lo que se considera diversión, se reunían las personas, cada uno trataba de brindar algo, ya sea en forma de cante, baile, poesía o lo que sea. También era posible que simplemente se conversaba sobre temas que realmen-te eran profundos y no solamente política, la bolsa, los últimos escándalos, etc.
Resumiendo creo que todos tenemos que trabajar para volver a una vida más unida a la natu-raleza, tanto de la Madre Tierra, como la nuestra propia, para que ni se nos ocurran ideas como el suicidio.
Espero poder habido aclarar un poco todo este tema. Con cariño, Alexiis.

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